Son varios los textos históricos que hablan de la masacre, como un artículo de la Revista Credencial Historia.

Dicha nota, por ejemplo, cita a Jorge Eliécer Gaitán, que como representante liberal, en 1929, entrevistó a trabajadores y habitantes del sitio de la masacre, ocurrida en Magdalena, y “tomó fotografías de cadáveres insepultos y de los destrozos ocasionados en Ciénaga y Sevilla”.

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Gaitán hizo un debate en el que “demostró […] que el número de trabajadores muertos por las balas oficiales en Ciénaga, Aracataca y Sevilla alcanzó, por lo menos, a trescientos”, dice Credencial Historia.

Sin embargo, este martes, en entrevista con La W Radio, la representante María Fernanda Cabal lanzó esta perla:

 “La masacre de las bananeras […] es otro de los mitos históricos que traen siempre en la narrativa comunista”.

“Gabriel García Márquez crea el mito de los 3.000 trabajadores asesinados. No los consigue usted ni recogidos de las poblaciones vecinas para que vayan y le trabajen. Eso no es cierto”, dijo.

Pero, de otro lado, existe un documento firmado por Jefferson Caffery, con fecha del 29 de diciembre de 1928, en el que se le informa al secretario de Estado de EE. UU. de la época sobre “entre 500 y 600” manifestantes muertos después de una protesta contra la United Fruit Company.

Caffery ejerció como “Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario” de Estados Unidos en Colombia entre noviembre de 1928 y mayo de 1933, de acuerdo con información oficial del país norteamericano.

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