Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Paola Páez   Dic 28, 2023 - 4:50 am
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Dicho cotilleo amenaza su funcionamiento administrativo y operativo, y no parece haber una respuesta confiable.

Fuentes de esta importante arma del Estado, que hablaron con la condición de la reserva de su identidad, le manifestaron a este diario su preocupación por un aparente interés de algunos sectores de la Casa de Nariño y del Congreso por modificar las funciones que cumple la Inteligencia del Ejército.

Tres entrevistados de las FF. AA. coincidieron en que el supuesto plan para transformar la Inteligencia surgió durante los diálogos de La Habana, entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc, a raíz del escándalo de la sala de interceptaciones Andrómeda.

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En 2014 se descubrió que el Ejército tenía una central de telecomunicaciones y espionaje, que funcionaba en un local comercial usado como fachada en Bogotá. Desde allí se interceptaron y monitorearon, al parecer sin autorización, las comunicaciones de negociadores de paz, políticos de izquierda y demás servidores públicos, para luego vender esa información a diversos compradores.

El impacto de este hallazgo fue tal, que “algunos de los políticos de izquierda que se vieron afectados por Andrómeda, y que hoy están en el Gobierno y en el Congreso, decidieron que la Inteligencia Militar tenía que ser más controlada. Y aunque en el fondo eso no es malo, lo que está pasando ahora es que quieren seguir dándole un uso político, solo que para su beneficio y en contra del otro bando ideológico”, contó uno de los militares, sin especificar a cuáles políticos de izquierda se refería.

Dicho plan se estaría concretando con la creación de un borrador de proyecto de ley, el cual ya estaría rondando por los pasillos de la Casa de Nariño, que introduciría modificaciones a la Inteligencia Militar y entregaría algunas de sus funciones a la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), un organismo de corte civil que depende de la Presidencia.

Algunos ven con prevención la propuesta, teniendo en cuenta que la DNI es dirigida por Manuel Casanova, un filósofo y exguerrillero del M-19, sin experiencia en el manejo de la Inteligencia estratégica del Estado.

“La improvisación del Gobierno en otras dependencias de la Nación también se está viendo en el manejo de la Inteligencia. Al nuevo director y a sus hombres más cercanos les tocó hacer un curso básico en la Esici (Escuela de Inteligencia y Contrainteligencia General Ricardo Charry Solano), para poder entender la información que estaban manejando”, relató un oficial.

Detrás del supuesto borrador de proyecto de ley estaría la intención de controlar toda la Inteligencia estratégica de Estado que produce el Ejército, para dejarle únicamente la parte táctica y operativa contra los objetivos habituales.

El Ejército perdería, por ejemplo, las capacidades y el presupuesto para hacer operaciones encubiertas. Hay militares que nunca se han vestido de camuflado, sino que mantienen fachadas, andan infiltrados dentro y fuera del país, recopilando datos para el Ejército. Ahora eso lo haría solo la DNI. Desde La Habana se empezó a hablar de que el Ejército solo debía estar cuidando las fronteras y que a la Policía había que desmilitarizarla para que fuera un cuerpo civil, en otro ministerio que no sea el de Defensa. Y el Gobierno sigue apuntando hacia ese proyecto”, contó una de las fuentes.

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La pérdida de capacidades y recursos en el arma de Inteligencia Militar favorecería a los grupos terroristas y de crimen organizado, así como a potenciales enemigos extranjeros.

A esta situación de incertidumbre que han denunciado las fuentes, se suman rivalidades internas entre militares de Inteligencia activos y oficiales retirados que hoy asesoran al Ministerio de Defensa, cuestión que ha generado una especie de cacería de brujas detrás de los uniformados que, al parecer, no están de acuerdo con las políticas del Gobierno.

Sobre este tema y el supuesto borrador del proyecto de ley, El Colombiano buscó la postura oficial del Comando de las FF. MM., pero al cierre de esta edición no se había pronunciado.

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ANEXO: ¿CÓMO FUNCIONA LA INTELIGENCIA MILITAR?

– Aunque hay bastante información reservada sobre este tema, es de público conocimiento que muchas de las funciones están concentradas en el Departamento de Inteligencia y Contrainteligencia (Cede2), que diseña las políticas y planes estratégicos en este campo, y el cual depende de la dirección central del Ejército.

– La parte operativa está a cargo del Comando de Apoyo de Combate de Inteligencia Militar (Caimi), que se encarga de producir y procesar información por medios técnicos (interceptaciones de comunicaciones, drones, aviones espía y software, entre otros) y humanos (agentes encubiertos y administración de fuentes).

– En el plano regional, el Caimi se subdivide en varios Batallones de Apoyo de Combate de Inteligencia Militar (Baimi o B2), que están repartidos entre las divisiones y brigadas más importantes del Ejército, de acuerdo con fuentes militares.

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