La secretaría de Gobierno tiene contratadas a 70 personas encargadas de regular el espacio público: siete tecnólogos, 44 auxiliares, un psicólogo, un trabajador social, cuatro ingenieros civiles, nueve abogados y cuatro abogados especialistas.

Los gastos salariales del personal ascienden a 135 millones de pesos mensuales y lo curioso es que sus funciones no se ven reflejadas en el municipio.

La invasión del espacio público es una problemática de vieja data en Valledupar que parece no tener solución; la zona céntrica de la ciudad es la muestra más clara de ello.

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La informalidad, vendedores estacionarios, ambulantes y los locales comerciales se han apoderado de los andenes sin que los gobiernos de turno tomen las medidas pertinentes.

Las ventas de todo tipo de productos obstaculizan el paso peatonal principalmente en las carreras séptima y octava, específicamente entre las calles 16 A y 16 B.

Sin embargo, ningún sector de la ciudad se escapa de esta situación. En la avenida principal del barrio La Nevada, en el sector conocido como la Calle Ancha, se han tomado los andenes con ventas de todo tipo de alimentos, sillas y mesas para recibir a los clientes; al igual que en la transversal 23 del barrio Los Fundadores, entre otros barrios de la capital del Cesar en los que el espacio público ha sido invadido.

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Así las cosas, se estableció que las conductas que atenten contra la integridad urbanística deberán ser atendidas por los inspectores urbanos de Policía, los cuales están adscritos a la secretaría de Gobierno.

En ese sentido, son los inspectores urbanos los responsables de conocer las infracciones, abrir los procesos e imponer las sanciones, multas y ordenar la suspensión de las obras, demoliciones y restitución del espacio público de ser necesario.

¿Quién pone orden en Valledupar?

El médico y exconcejal Julio Julio Peralta cuestionó los pocos avances en la regulación del espacio público, teniendo al personal capacitado y bien remunerado.

“No se justifica que la administración municipal este gastándose unos 1.600 millones de pesos anuales y unos 6.000 millones de pesos en los cuatro años de gobierno, cuando lo que se percibe es que ese dinero se está echando a un barril sin fondo, están cancelando sueldos a 44 auxiliares para que regulen la invasión de espacio público y no se ven los resultados”, manifestó.

Asimismo, aseguró que la problemática de invasión ha venido acrecentando por falta de políticas municipales y de voluntad para la reubicación de los vendedores.

“Estamos en contra posición a que se gasten esa cantidad de recursos cuando en realidad no hay respeto por el espacio público, que no se proponga a los vendedores informales que también merecen trabajar unas alternativas”, puntualizó Julio Peralta.

La opinión de los vendedores

Francisco Valle, uno de los comerciantes que hace parte de la Asociación de Vendedores Móviles y Estacionarios de Valledupar, Asovemev, le gustaría que la organización del espacio público pueda mantenerse.

 “La idea es que los usuarios estén transitando libremente, así nos podrán comprar y movilizarse con tranquilidad”, indicó.

Edwin Espinoza, también vendedor del sector, indicó que la administración está en mora de adelantar las jornadas de regulación del espacio público constantemente. “Sería bueno que se descongestione un poco el sector y que no sea solo por un día, sino todo el tiempo que se hagan los controles respectivos”, acotó.

“Los transeúntes también coinciden en que el espacio público debe ser para toda la ciudadanía. Hace falta más organización para que esto mejore. Si se organizan bien los vendedores, todo el mundo podrá transitar. Ojalá la Alcaldía haga algo al respecto y sea una solución definitiva porque es un verdadero caos movilizarse por estas zonas desde hace mucho tiempo”, afirmó David Cepeda.

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Por su parte, el secretario de Gobierno Municipal, Arturo Calderón, dijo que todos los días se trabaja para despejar el espacio público invadido por los vendedores ambulantes y estacionarios, “con los inspectores, ingenieros, arquitectos y planeación hemos puesto una balanza en el equilibrio entre los invasores. Hemos levantado los letreros que estacionan en las zonas peatonales”. Sin embargo, reconoció que esta situación responde a la falta de oportunidades en la capital del Cesar.