La entidad encontró alteraciones en los documentos de venta de los vehículos (como línea, modelo y cilindraje inferiores a los reales), además de “descuentos por vicios ocultos” y “otros descuentos” que reducían ostensiblemente su valor comercial.

“En el avalúo de los vehículos se omitió incrementar el 10% del valor cuando los vehículos son blindados”, detalla la Contraloría, además, los valores de las tablas emitidas por el Ministerio de Transporte no se aplicaron correctamente, causando la “valoración errónea de los bienes”.

Otra irregularidad detectada por el ente de control es que algunos vehículos subastados siguen apareciendo en los organismos de tránsito a nombre del Senado, a pesar de haber sido entregados a sus nuevos propietarios.

Entre esos, hay un número indeterminado de vehículos blindados, de los cuales existen muchos casos en los que no se solicitó el permiso de uso de blindaje a la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada.

“Algunos de estos vehículos se traspasaron a nombre de persona indeterminada, y otros en favor de beneficiarios diferentes a los adjudicatarios reales de las subastas”, concluye la Contraloría.

LO ÚLTIMO