Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Frank Hoyos   Ago 29, 2023 - 10:30 am
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La industria de los videojuegos nunca ha dejado de evolucionar, pero en este momento lo está haciendo de manera tal, que según el informe Global Entertainment and Media Outlook 2022-26 de PwC, en 2026 dicho crecimiento alcanzará un valor de 321.000 millones de dólares, superando las ganancias proyectadas para la industria del cine y la música juntas.

Y es que si bien es cierto que este tipo de entretenimiento convoca a casi 3.000 millones de jugadores en el mundo, de los cuales 234 millones están en Latinoamérica, también es cierto que a ellos no es a los únicos a los que impacta, pues el sector es tan poderoso que tiene la capacidad de trascender en otras profesiones como la música, la escritura, la ilustración, la ingeniería y la producción.

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Por eso, si hace 20 años, nadie recuerda una carrera universitaria relacionada o enfocada a los videojuegos en Medellín, hoy instituciones como Polygonus, Eafit, Cesde, la UPB, la UdeA, la Universidad Nacional, por solo nombrar algunas, las están ofreciendo, así como también ofertan talleres, técnicas, cursos, especializaciones e incluso maestrías.

Esto se debe, tal y como explica Christian Díaz León, profesor de la Escuela de Artes y Humanidades de Eafit, a que hubo un cambio cultural. “Las generaciones que nacieron jugando ya están en este momento en un promedio de edad entre los 30 y 40 años, y eso hace dos cosas. Primero, que la población que juega videojuegos sea mucho mayor. Y segundo, que incrementara el interés sobre el tema y la demanda en áreas como la educación, ¿por qué? Porque muchas de esas personas que nacieron jugando videojuegos quisieron enfocar su vida profesional en el sector”.

A ese cambio cultural que menciona se le suma que hoy el mito de que los videojuegos son solo entretenimiento está muy roto, y eso ha hecho que cambien las dinámicas de percepción sobre el tema, que se diversifiquen sus temas, sus mecánicas, sus usos y que se extiendan a sectores empresariales o de educación básica o secundaria, por ejemplo. “Pero en sí, si no existiera una demanda previa, las universidades no hubieran dicho: bueno, vamos a sacar pregrados que se enfoquen en enseñarle a las y los jóvenes a reconocer el diseño, el desarrollo y la evaluación de los videojuegos”, apunta Díaz.

Y si existe un mercado tan amplio no es extraño el incremento en la oferta educativa, ya que la educación es la responsable de que la formación y la generación de capacidades de talento humano, pueda darle respuesta a la industria, o por lo menos así lo concibe Rober Restrepo Betancur, director académico del Cesde, quien añade que los crecientes adelantos de la tecnología alrededor del mundo han permitido que el juego se complemente con ella, dando como respuesta toda una experiencia y una industria mediada por los videojuegos, y una implementación en el ejercicio básico de la comunicación y el entretenimiento.

Además, menciona que “según ProColombia, hay oportunidades para el país en el escenario mundial, ya que, de acuerdo con Newzoo, la industria de los videojuegos tuvo un valor de 178.730 millones de dólares en 2021, lo que representa un aumento del 14,4 % con respecto al 2020, y por lo que se espera que esta industria tenga un valor de 268.000 millones de dólares para el 2025 en el plano nacional, que en este momento ya ha empezado incluso a exportar servicios en este sector a Estados Unidos, Chile, Ecuador y Rumania”.

La verdad es que si antes los interesados en hacer videojuegos debían formarse de manera empírica, buscando información de lo que se hacía por fuera, nutriéndose de los pocos libros que llegaban a la ciudad sobre el tema, o pegándose de las materias que ofrecían ciertos pregrados y que podrían servir para ese fin; hoy esas dinámicas cambiaron.

Por un lado, está la democratización de la información que significa internet, y por el otro están los múltiples programas académicos que se ofrecen, como: Técnico laboral como asistente en desarrollo de videojuegos (Cesde), Realidad virtual y videojuegos y Programación de videojuegos (Eafit), Ingeniería en diseño de entretenimiento digital con énfasis en animación en experiencias visuales y videojuegos (UPB), Arte digital para cine y videojuegos (Academy by Polygonus), entre muchos otros.

¿Y qué aprenden los y las jóvenes? Depende de cada institución y de la orientación que tengan.

Por ejemplo, todo el estudiante que ingresa al Cesde, comenta Restrepo, “ingresa a la única institución en la ciudad que ofrece este programa bajo la modalidad técnica laboral muy enfocada en el aprender haciendo. Entonces, el estudiante aprende y adquiere las competencias necesarias para desempeñarse como artista y/o programador en el desarrollo de experiencias interactivas y videojuegos, especialmente en las técnicas relacionadas con los parámetros de diseño, desarrollo, componentes estructurales (video y sonido) e imágenes para ambientes de realidad virtual, aumentada, dispositivos móviles y de experiencias interactivas”.

Mientras que las personas que ingresen a Eafit, “aprenderá a Introducir el diseño y desarrollo de las aplicaciones gráficas interactivas, la realidad mixta y los videojuegos desde un contexto práctico para ser aplicado en diferentes áreas del entretenimiento, la educación y la publicidad, entre otras”.

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Así, el panorama grosso modo de la educación sobre videojuegos en Medellín, cabe mencionar que el panorama de la industria de los videojuegos en el país, tal y como lo menciona Díaz, se compone de cerca de 80 empresas, que se concentran principalmente en Bogotá, Medellín y Cali, y adicional hay 10 empresas con relaciones comerciales con publishers internacionales.

Todas esas empresas desarrollan videojuegos en diferentes plataformas y con diferentes tecnologías y se han destacado por tener un gran nivel de producción de nuevas IP propias, su calidad artística, mecánica, historia y música, así que claro, los y las estudiantes sí van a tener alternativas de trabajo una vez se gradúen”, concluye.

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