Urduja, como se llama la tormenta,  ha alcanzado vientos sostenidos de 55 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 90 kilómetros por hora que se mueve en dirección sursuroeste a 15 kilómetros por hora, informó el servicio meteorológico filipino.

“Hay un total de 26 personas muertas en corrimientos de tierra en cuatro localidades de Biliran. Hemos recuperado los cadáveres”, declaró Sofronio Dacillo, responsable del servicio provincial de gestión de desastres.

Las autoridades no pudieron precisar si entre las víctimas se encontraban los tres muertos del sábado.

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Un niño de dos años se ahogó en la isla de Leyte, vecina de Samar, había informado un responsable local. También allí, una mujer murió en un corrimiento de tierra y otra persona falleció al ser arrastrada hacia una alcantarilla.

“Casi la mitad de las localidades están inundadas”, había asegurado en una entrevista telefónica con la cadena de televisión filipina ABS-CBN Marcelo Picardal, vicegobernador de la provincia del este de Samar.

A las zonas inundadas se enviaron camiones del ejército para socorrer a los habitantes que tuvieron que ser evacuados a centros de acogida de emergencia.

Entre 15 y 20 tifones visitan todos los años el archipiélago filipino durante la temporada lluviosa que, por lo general, empieza en mayo o junio y concluye en noviembre o diciembre.

Con AFP y EFE