Esto podría dañar aún más las relaciones con las autoridades aéreas de EE. UU. y complicar el regreso al servicio del Boeing 737 MAX.
En estas comunicaciones enviadas en diciembre a los parlamentarios estadounidenses por el fabricante de la aeronave, los empleados se jactan de poder tener el 737 MAX certificado con un mínimo de capacitación para los pilotos.
Los mensajes revelan problemas encontrados en simuladores, que reproducen condiciones de vuelo reales, explica el fabricante del avión, en un comunicado de prensa.
“Todavía no he sido perdonado por Dios por lo que escondí el año pasado“, escribió uno de estos empleados en un mensaje de 2018, refiriéndose a las interacciones con el regulador.
“El regulador solo tiene lo que merece después de intentar interferir en nuestro negocio. Lentifica el progreso“, escribió otro en agosto de 2015.
“Este avión está diseñado por bufones, quienes, a su vez, son supervisados por monos”, dijo otro en un mensaje de 2017, aparentemente refiriéndose a la FAA.
“¿Pondría a su familia en un simulador MAX? No, no lo haría”, dijo un empleado a un colega en otro intercambio. “No”, responde igualmente el receptor.
Estos mensajes fueron revelados por parlamentarios estadounidenses que están investigando el procedimiento de aprobación del 737 MAX, del cual dos accidentes cercanos dejaron 346 muertos.
“Algunas de estas comunicaciones se relacionan con el desarrollo y la calificación de los simuladores del Boeing 737 MAX en 2017 y 2018“, indicó Boeing, y agregó que los habían transmitido a los parlamentarios en pos de tener “transparencia”.
“Algunas de estas comunicaciones contienen lenguaje provocativo y, en algunos casos, plantean preguntas sobre las interacciones de Boeing con la FAA y el proceso de calificación del simulador“, agregó.
Cuando se certificó el 737 MAX en mayo de 2017, Boeing logró convencer a las autoridades estadounidenses de que los pilotos no necesitaban capacitación en el simulador y que una actualización del ordenador era suficiente.
Uno de los argumentos comerciales de Boeing para vender el MAX a las aerolíneas fue, además, que ahorrarían dinero porque no habría necesidad de entrenar especialmente a los pilotos acostumbrados al 737 NG, según un folleto de promoción consultado en noviembre por AFP.
El tono de los intercambios dirigidos a los parlamentarios es un nuevo dolor de cabeza para Boeing y corre el riesgo de complicar aún más las relaciones ya tensas con la FAA, que debe levantar la prohibición del 737 MAX, en tierra desde el 13 de marzo.
Estos correos electrónicos “son increíblemente abrumadores”, dijo Peter DeFazio, presidente demócrata del Comité de Transporte en la Cámara de Representantes.
“Muestran una imagen inquietante de lo que Boeing aparentemente estaba dispuesto a hacer para evitar el escrutinio de los reguladores, tripulaciones y pasajeros”, añadió.
Además, “muestran un esfuerzo coordinado” desde los primeros días del 737 MAX “para ocultar información importante de los reguladores y el público en general”, dijo el funcionario electo en un comunicado.
“Lamentamos el contenido de estas comunicaciones y nos disculpamos con el Congreso de la FAA, las aerolíneas clientes y los pasajeros“, dijo Boeing el jueves.
No es la primera vez que los trabajadores de Boeing se burlan de la FAA. En octubre, el congreso ya había revelado mensajes internos de un expiloto de pruebas de Boeing, Mark Forkner, citando problemas con el simulador de vuelo 737 Max en 2016, dos años antes del primer trágico accidente.
Sin embargo, Forkner no informó los problemas a la FAA, lo que llevó al regulador a no requerir capacitación específica. “Básicamente, eso significa que mentí a los reguladores“, le escribió a un colega.
El sistema MCAS ha sido implicado en ambos accidentes y Boeing está trabajando actualmente en las modificaciones requeridas por la FAA.
A fines de diciembre, el director ejecutivo de Boeing Dennis Muilenburg fue removido de su posición y reemplazado por David Calhoun, un exejecutivo de General Electric (GE), quien asume el cargo el lunes.
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