Además de Cannes y Villeneuve-Loubet, poblaciones que ya habían tomado esta medida, se suma Sisco, en Córcega. Alegan motivos de higiene y seguridad.

El socialista Ange-Pierre Vivoni, alcalde de Sisco, tomó la decisión en un Consejo Municipal extraordinario convocado después de que el sábado se registrara una pelea entre jóvenes corsos y familias de origen magrebí.

Los voceros en Cannes dijeron que es una prenda que “manifiesta de forma ostentosa una pertenencia religiosa, cuando Francia y los lugares de culto religioso son actualmente objetivo de ataques terroristas, puede provocar disturbios del orden público”.

Pero el director general de servicios del ayuntamiento, Thierry Migoule, fue más lejos y, en declaraciones a Francetv info, aseguró que el ‘burkini’ es una “señal de adhesión al yihadismo” y plantea además “problemas de higiene”.

En Villeneuve-Loubet también habían mencionado los ataques yihadistas en defensa de su decisión, tras considerar que ese bañador “no es apropiado” y no tiene lugar “por razones de higiene”.

Ahora, la polémica abierta entre defensores y detractores está lejos de terminarse pues el colectivo contra la islamofobia en Francia pretende recurrir su derrota judicial ante el Consejo de Estado francés, la máxima instancia administrativa del país.

Según recogieron los medios franceses, el abogado de esa asociación, Sefen Guez Guez, cree que este veto temporal “abre la puerta a la prohibición de todo signo religioso en el espacio público”.

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