“La Fuerza Armada venezolana no puede seguir callada frente a la ruptura de la Constitución. Sabemos que la inmensa mayoría de los oficiales (…) están en contra del caos que sucede en Venezuela”, dijo el presidente de la Asamblea, Julio Borges, quien previamente acusó a Maduro de dar un “golpe de Estado” contra el Legislativo.

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Además, Borges acusó al gobierno de dar un “golpe de Estado” e incluso rompió el fallo del Tribunal Supremo de Justicia, al que calificó de “basura”.

La noche del miércoles, la Sala Constitucional del TSJ asumió las funciones del Parlamento en un dictamen que según analistas representa un paso más hacia un modelo autoritario.

Mientras persista la situación de desacato y de invalidez de las actuaciones de la Asamblea Nacional, esta Sala Constitucional garantizará que las competencias parlamentarias sean ejercidas directamente por esta Sala o por el órgano que ella disponga”, indicó el fallo.

La oposición anunció protestas a partir del sábado.

El tribunal, al que la oposición acusa de servir a Maduro, declaró en desacato al Legislativo en enero de 2016, debido a la juramentación de tres diputados opositores cuya elección fue suspendida por presunto fraude. Por ello ha anulado todas las decisiones parlamentarias.

Aunque la cámara desvinculó a esos diputados posteriormente, la corte considera que el acto no fue formalizado. “Esta semana hemos avanzado lamentablemente hacia un modelo autoritario en la política venezolana. La democracia está en peligro”, dijo este jueves a la AFP el analista Carlos Romero.

“Estamos ante un uso indiscriminado e ilegal de las atribuciones del TSJ para acabar con el Legislativo”, añadió.

Con AFP

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