La muerte de la niña es una más de las que dejó la violenta represión por parte del ejército israelí en la frontera con Gaza, donde miles de palestinos protestaban en el día de la ‘catástrofe’ (‘Nakba’, para ellos), que coincidió con la inauguración de la embajada de Estados Unidos en Israel en la ciudad de Jerusalén.

De acuerdo con los reportes de los medios palestinos, la menor y su familia estaban en una carpa, lejos de la cerca fronteriza, cuando un gas lacrimógeno lanzado por un dron israelí cayó cerca del lugar. Esa información, sin embargo, no ha sido verificada, informa Independent.

Con la muerte de Leila aumentó la cifra de muertos, que ya pasó las 60 personas, aparte de las más de 2.700 que hasta ahora han sufrido algún tipo de heridas. Médicos y periodistas están entre los lesionados por las acciones militares, que han sido calificadas por la Autoridad Palestina como una “masacre”.

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La orden de las autoridades de Israel, cuyos altos funcionarios estaban en la inauguración de la embajada, era la de detener a toda costa los intentos de los palestinos por cruzar la cerca que hay en la frontera del país, incluyendo disparar. Eso generó la masacre que en las últimas horas ha recibido fuertes condenas de la comunidad internacional, menos de Estados Unidos, viejo aliado de Israel.

The Washington Post recuerda que más de 2 tercios de la población de Gaza son descendientes de refugiados que fueron desplazados de sus tierras con la creación del Estado de Israel, en mayo de 1948. Por su parte, las fuerzas de defensa del Estado judío -que se han negado a ofrecer declaraciones por la matanza- justifican la violenta represión en la necesidad de impedir que los palestinos ingresen a Israel.

Por lo pronto, la zona se prepara para una nueva jornada de intensas protestas que, muy seguramente, serán respondidas de igual manera por el ejército de Israel.