Científicos que trabajan en una terapia experimental contra el envejecimiento afirman haber batido un récord al prolongar la vida de una rata de laboratorio llamada Sima. Es la última superviviente de un grupo de roedores que recibieron infusiones de plasma sanguíneo extraído de animales jóvenes.

La rata nació el 28 de febrero de 2019 y ha vivido 47 meses, superando los 45,5 meses, la edad más avanzada registrada en la literatura científica para una rata Sprague-Dawley hembra. Hasta ahora, ha sobrevivido casi seis meses más que su rival más cercana en el estudio.

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Cabe destacar que aunque las investigaciones han encontrado efectos en los roedores, hasta la fecha no hay pruebas de que este método ayude a los humanos a esquivar el paso del tiempo.

Los resultados del estudio dirigido por Harold Katcher, profesor de biología de la Universidad de Maryland y director científico de Yuvan Research, serán redactados cuando Sima muera. Aun así, los datos reunidos hasta ahora sugieren que, mientras ocho ratas que recibieron infusiones placebo de solución salina vivieron entre 34 y 38 meses, otras ocho que recibieron una forma purificada y concentrada de plasma sanguíneo, llamada E5, vivieron entre 38 y 47 meses. Las ratas suelen vivir entre dos y tres años, aunque una de las más viejas es una rata parda que sobrevivió 4,6 años con una dieta baja en calorías.

“El verdadero objetivo de nuestros experimentos no es tanto alargar la vida, sino alargar la juventud, rejuvenecer a la gente, hacer que sus años dorados sean realmente años potencialmente dorados, en lugar de años de dolor y decrepitud”, afirma Katcher. “Pero el hecho es que, si se consigue eso, también se consigue alargar la vida y eso no es un mal efecto secundario”.

“Algunos criticarán los resultados por el escaso tamaño de la muestra. Pero yo creo en los resultados porque varios estudios complementarios los respaldan”, asegura el profesor Steve Horvath, investigador principal de Altos Labs en San Diego. Prevé que en los próximos 20 años surgirán tratamientos seguros y eficaces a partir de la investigación sobre el plasma.

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Una patente sobre la posible terapia describe cómo se purifica y concentra el plasma de mamíferos jóvenes antes de su uso. Se eliminan algunos componentes, como las plaquetas, que pueden desencadenar reacciones inmunitarias y los donantes suelen ser cerdos, vacas, cabras, ovejas y humanos. La cantidad de plasma necesaria para producir una sola dosis concentrada es, como mínimo, la misma que tiene el receptor en todo su organismo.