Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por Frank Hoyos   Ene 1, 2024 - 8:24 am
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En 2024, la Nasa pondrá en marcha Artemis II, la misión tripulada a la Luna, que tiene como objetivo principal confirmar que todos los sistemas de la nave espacial Orión funcionen según lo diseñado, para validar las capacidades técnicas necesarias para que los humanos puedan pasar largos períodos en el espacio profundo, y así obtener el conocimiento necesario para futuras misiones.

El viaje, que durará diez días, será histórico, pues además de ser el regreso del humano a la Luna desde la década de 1970, será el primero en llevar a una mujer hasta el satélite de la Tierra: Christina Hammock Koch, especialista de la misión 1, quien estará acompañada del comandante Reid Wiseman, el piloto Victor Glover (los tres son astronautas de la Nasa), y el especialista de misión 2 Jeremy Hansen, de la Agencia Espacial Canadiense (CSA).

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“Por primera vez en más de 50 años, estas personas serán los primeros humanos en volar a los alrededores de la Luna. En la tripulación se encuentran la primera mujer, la primera persona de color y la primera persona canadiense en una misión lunar, y los cuatro astronautas representarán lo mejor de la humanidad mientras exploran el espacio en beneficio de todos”, dijo Vanessa Wyche, directora del Centro Johnson de la Nasa.

La tripulación de Artemis II viajará aproximadamente 4.600 millas más allá de la cara oculta de la Luna. Desde ese punto de vista, podrán ver la Tierra y la Luna desde las ventanas de Orión. Específicamente, la tripulación evaluará el desempeño de los sistemas de soporte vital necesarios para generar aire respirable y eliminar el dióxido de carbono y el vapor de agua que se producen cuando los astronautas respiran, hablan o hacen ejercicio.

Se fortalece la era de los supercomputadores

A principios de este año entrará en funcionamiento Júpiter, un supercomputador a exaescala que puede realizar un quintillón (un billón de billones) de cálculos por segundo. Los investigadores utilizarán la máquina para crear modelos de “gemelos digitales” del corazón y el cerebro humanos con fines médicos y ejecutar simulaciones de alta resolución del clima de la Tierra.

Además, de esta computadora de exaescala, el Laboratorio Nacional Argonne instalará otras dos de estas máquinas, una en Lemont, Illinois, y otra en California, que se encuentra en fase de depuración final y servirá para simular los efectos de las explosiones de armas nucleares. Alemania, Francia y Japón siguen desarrollando este tipo de tecnología.

Mayor capacidad para estudiar partículas subatómicas

China sigue con la construcción del Observatorio Subterráneo de Neutrinos de Jiangmen (JUNO), que espera tener listo para 2024. La misión de este observatorio es estudiar los neutrinos, unas partículas subatómicas difíciles de ver que están por todas partes y son cruciales para múltiples áreas de la ciencia, pero de las que hace falta conocer más.

Este observatorio, ubicado a unos 700 metros bajo tierra en la ciudad de Jiangmen, provincia de Guangdong, al sur de China, sería 20 veces más grande que el actual detector de este tipo, el Super-Kamiokande en Japón.

Algunos neutrinos provienen de supernovas (explosiones de estrellas), de la desintegración radiactiva de las rocas de la Tierra, las reacciones del Sol e incluso las auroras de nuestro planeta. Estas partículas pasan a través de nuestro cuerpo cada segundo, y pueden contener pistas sobre los orígenes del universo.

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