Su más reciente producción ‘Seguir latiendo’ fue incluida por la Academia de la Grabación de Estados Unidos en las nominadas de la categoría a Mejor álbum pop latino, junto a producciones de artistas como el argentino Diego Torres o el dúo mexicano Jesse y Joy.

En una entrevista con Efe, los saxofonistas Ricardo Narváez y Fabián Flores, el baterista Mauricio Ramírez, el guitarrista Federico González y su más reciente incorporación, el vocalista Sebastián Gómez, dijeron que la nominación es “una respuesta al trabajo que se ha hecho, fue inesperada. Aún no se ha asimilado del todo”.

Los integrantes, tímidos al responder, afirmaron con seguridad que debían regresar tras tres producciones acumuladas y un último disco presentando en 2007, una ausencia de más de 8 años.

La separación para ellos fue necesaria, todos “estuvieron profundizando en la música. Con proyectos en el exterior”, explicaron.

“El regreso no fue fácil” ya que, a su juicio, la producción nominada tuvo poco apoyo en la radio colombiana, además, existía el miedo a ser etiquetados como banda de nostalgia.

Volvimos más por necesidad musical y por ser siempre muy amigos. Hay recordación de los anteriores éxitos, pero la nominación al Grammy nos abre nuevas posibilidades”, contaron.

Tras presentaciones este año en países como Estados Unidos y México, la nominación les ha deparado un panorama más amplio, “en febrero viene una nueva gira por EE. UU., hay contactos para ir posteriormente a Perú, Argentina, Uruguay, Paraguay”.

Su más reciente producción recoge las vivencias de ese amplio tiempo de pausa. “Sigue sonando a Sanalejo, pero hay una evolución musical”, aclaró el saxofonista Fabián Flórez.

Para su compañero de instrumento, Ricardo Narváez, al volver a ensamblar Sanalejo se habló de no ser etiquetados como “tropipop”, un género originado en Colombia a finales de los 90 y comienzos del 2000, fusión del folclor del país con el pop latino, tras el éxito internacional de artistas como Carlos Vives o Fonseca.

Narváez confesó que empezaron a tocar de nuevo, “libre de presiones. No sé si queramos volver a tocar ‘tropipop’, eso ya pasó, lo que queremos es que las canciones suenen a nosotros antes que sonar como antes”.

“Queremos entrar a un mercado más grande, buscar los límites creativos del grupo y reinventarnos disco por disco”, agregó por su parte el baterista Mauricio Ramírez.

No se consideran “flor de un día”. Aspiran, así sea solo con la nominación, “que ya es ganancia”, permanecer en la escena pop internacional, dijo Ramírez.

Creen que actualmente la mirada internacional está puesta en la música colombiana, especialmente en cantantes, pero “somos una banda pop, un bloque con fuertes vientos, grandes melodías”, y es ahí donde, a juicio de la banda, radica la diferencia con otros artistas compatriotas.

“El asiático, el africano, el europeo, todos son mercados bienvenidos donde podamos explotar lo que hacemos,”, concluyó el guitarrista Federico González.

No descartan ganar el premio, a pesar de la fuerte competencia, y creen que permitiría “ser considerados más seriamente en una industria que se mueve mucho a través de la opinión que generan ese tipo de reconocimientos” como el Grammy, dijo Ramírez.

Al posar para las imágenes y responder ante las cámaras, los jóvenes músicos se muestran más interesados en cuidar o cargar sus instrumentos que asumir las poses de los artistas consagrados a través de muchas nominaciones.

Tal vez es ahí donde radique su logro actual. A diferencia del largo camino de otros, ellos muestran más su preocupación por lo que la música les pueda traer, que por lo que su pasado les representa.

Con EFE

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