El palacio de Kensignton anunció el lunes por la noche que Meghan Markle estaba atravesando “un momento profundamente personal”, sin llegar a confirmar la ausencia del padre, anunciada por la prensa poco antes.

De confirmarse, Thomas Markle renunciaría a asistir a la boda en el castillo de Windsor y a llevar a su hija hasta el altar, lo que abre ahora el interrogante de quién lo haría, en una ceremonia que se verá en televisión por medio mundo y que llenará las calles de esta ciudad inglesa.

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Según el portal de información sobre famosos TMZ, Thomas Markle alegó que tuvo un infarto y que además no quería avergonzar a su hija ni a la familia real, tras haber aceptado ser fotografiado en situaciones bastante anodinas: mirando fotos de su hija y Harry -al que no ha conocido personalmente-, leyendo un libro sobre el Reino Unido o tomándose las medidas para el traje.

Física y anímicamente golpeado

El padre no ha tenido noticias de su hija desde que se dijo que no iría a la boda, explicó TMZ este martes. Thomas Markle anunció al medio estadounidense que iba a volver a ingresar en un hospital por dolores en el pecho, y que se sentía física y anímicamente golpeado por este culebrón.

Markle, de 73 años, estimaba además que la madre de Meghan, su exesposa Doria Ragland, era una buena opción para conducirla hasta el altar.

No hay muchas más opciones, porque ninguno de sus tres tíos, entre los que hay un antiguo diplomático estadounidense y un obispo, han sido invitados a la boda. Tampoco su hermanastro, que llegó a aconsejar públicamente a Harry que no se case con Meghan.

El príncipe, sexto en la línea de sucesión al trono, no ha conocido personalmente a su suegro, y le pidió la mano de su hija por teléfono.

Thomas Markle es un director de iluminación televisivo retirado -ganó un Emmy en 2011 por su trabajo en la serie ‘General Hospital’- que vive en México, cerca de la frontera con Estados Unidos.

El palacio pide “respeto”

“Es un momento profundamente personal para la Sra. Markle en los días previos a su boda”, afirmó el lunes por la noche un portavoz del palacio de Kensington, residencia oficial del príncipe Harry, en un breve comunicado.

“Ella y el príncipe Harry piden de nuevo comprensión y respeto a [Meghan] Markle en esta difícil situación”, añadió.

Al ser preguntado, el palacio rechazó precisar el sentido de las declaraciones ni confirmar si el padre de Meghan Markle estará o no el sábado.

Con AFP