Con la llegada de Meghan Markle a la familia real británica a la vuelta de la esquina, la tendera caribeña Esme Thaw explicó lo que significa para ella y sus clientes: “nos da sentido de pertenencia”.

“Está muy bien que esta persona llegue a la familia real, nos da sentido de pertenencia. Podemos aceptarnos los unos a los otros, como seres humanos”, explicó Esme detrás de su mostrador.

El artículo continúa abajo

“No tenemos que sentirnos negros y blancos, hay que acabar con eso. Hay que mirar a los otros solo como seres humanos”. dijo.

Brixton ha sido históricamente el centro de la comunidad afrocaribeña británica, una capitalidad que empezó con la ‘generación Windrush’ de posguerra, bautizada con el nombre del barco que trajo la primera oleada de inmigrantes jamaicanos a Londres, en 1948.

En una de sus primeras apariciones públicas, en enero, la pareja fue aclamada en Brixton al grito de “¡los queremos!” cuando visitaron una emisora musical de radio del barrio.

Sanando heridas

La generación ‘Windrush’ llegó a los titulares en las últimas semanas cuando se supo que algunos de sus miembros llegados del Caribe cuando eran niños -y cuando sus países eran parte del Imperio británico- fueron deportados o amenazados con ello al no poder demostrar administrativamente que llegaron legalmente.

Mary Wilson, de 51 años, que hacía sus compras en el mercado, dijo que este asunto “hizo tambalear” su fe en el país, y espera que la boda ayude a sanar heridas.

“Conozco a alguien a quien afectó personalmente. Llegó a la escuela aquí cuando tenía 10 años pero no encontraban ningún registro suyo”.

“Tiene hijos, su mujer se suicidó, ha tenido que lidiar con mucho. Descubrir que el gobierno no te va a dar ningún apoyo fue repugnante”, añadió, sobre un escándalo que provocó la dimisión de la ministra de Interior, Amber Rudd.

“Esperemos que la boda mejore el ambiente, para que la gente piense que la llegada de Meghan a la familia real podría abrir una puerta a los negros caribeños”.

Markle, un modelo

Wilson estimó que Markle ya se ha convertido en un modelo positivo para las chicas negras del país.

“Viene a decirles que hoy en día, (…) si te concentras y trabajas duro, puedes conseguir lo que quieras”, explicó.

Merlene Anderson, que estaba abriendo su puesto de barbacoa jamaicana cerca de la plaza Windrush, estimó que la boda tiene algo de simbólico.

Históricamente, “los europeos eran los que se entrometían en las vidas de otros”.

“Es hora de sentarse a ver como uno de nuestros hermanos de sangre se involucra en la vida de los blancos, en aquello que más aprecian, que es la realeza y el dinero”, constató.

Anderson instalará una televisión en su puesto el sábado para ver la boda.

“Pero no es un asunto de blancos y negros, es un tema de ellos, les deseo que sean felices”, añadió.

El espíritu de Diana

La tendera Esme, que va recibiendo de sus clientes las noticias de la boda del sábado, alabó a Harry por ayudar a derribar barreras, acordándose de su madre, Diana de Gales.

“Sin importar la raza de la gente, los abraza como hacía su madre”, explicó.

Wilson vera la boda en casa con “una buena copa de vino Chardonnay”. También recuerda con cariño a la madre de Harry, que murió cuando él era un niño.

“Nunca fui una entusiasta de la familia real, pero cuando la princesa Diana apareció, me interesé”, recordó.

“Su muerte me rompió el corazón. Se ve que su espíritu sobrevivió”.