Los dos niños y su guapo padre se sentaron, como es costumbre, en la primera fila del Staples Center, desde donde se convirtieron en una parte más del show de la noche.
No solo las cámaras y los paparazzis se centraron en ellos, al igual que en el juego, sino que recibieron saludos de fanáticos, jugadores y hasta del árbitro.
Los Beckham fueron objeto de las miradas hasta de una de las juezas del partido, a quien Cruz le devolvió el balón tras una jugada.
Si bien los chicos se gozaron el juego, también es cierto que David Beckham se mostró muy orgulloso de ver la afición y el interés que el juego despierta en sus hijos, especialmente en el menor.
David tuvo tiempo hasta para tomarse una foto con el polémico boxeador Floyd Mayweather.
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