También de un país incapaz de valorar lo que sí se consigue.

Así lo plantea el editorial de El Espectador, en un editorial en el que expone la destacada trayectoria del joven ciclista boyacense.

Luego de que no se produjera el esperado ataque a Froome, campeón del Tour, “aquí se llegó a hablar de fracaso y hubo una sensación generalizada de decepción”.

¿Qué significaría madurar? Para el Espectador significa “una Colombia que glorifica la disciplina diaria, el aprendizaje, la construcción a partir de los errores, el goce de los triunfos progresivos, el profesionalismo como potenciador del talento, no como su enemigo. Un país que les dice a sus jóvenes que vale la pena iniciar procesos de décadas, invisibles, pero que eventualmente rinden frutos. Que porque algo sea difícil y no se obtenga con facilidad, no somos un fracaso. Aplica en el deporte, pero también en el desarrollo de todas las personas. Demasiado daño le ha hecho al país la otra lógica, la del éxito y el dinero fáciles, la de los atajos”.

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