Y es que Esteban Chaves se estrenó en el pódium del Giro este domingo junto a dos grandes del ciclismo: el campeón italiano, Vincenzo Nibali, y el español Alejandro Valverde. Por eso, en la foto de la celebración no podía faltar la sonrisa que tanto ha caracterizado al ‘Chavito’.

“Siempre hay que sonreír, el solo hecho de estar en la línea de partida del Giro de Italia ya es un sueño hecho realidad”, explicó Chaves cuando, en Blu Radio, le preguntaron por el motivo de su sonrisa.

‘El Chavito’ también dijo que aunque esta fue una de las competencias más duras de su vida, el objetivo que consigue demuestra que los sueños se cumplen “porque tenemos disciplina y perseverancia”. Es decir, con un final como este es inevitable que una sonrisa se dibuje en su rostro.

AFP / Luk Benies
AFP / Luk Benies

Pero Chaves es consciente que su alegría viene más allá de ganar una etapa o subir al pódium, pues apenas tres años atrás se salvó milagrosamente de morir por una impresionante caída que le afectó la cabeza, el cuello, el rostro y le dejó inmóvil el brazo derecho, debido a que los nervios que van desde la nuca hasta los dedos de su mano estaban destrozados, según le contó a la revista Bocas de El Tiempo.

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Dice que su recuperación tardó más de seis meses y que en medio de lágrimas vio cómo su brazo empezaba a responder a las cirugías. Entonces, cuando pensaba que tal vez le tocaba retirarse del ciclismo llegó una noticia que le devolvió la vida, la sonrisa.

Chaves se refiere a la oferta del equipo australiano Orica GreenEDGE.

“Cuando me llamaron, creí que me estaban mamando gallo. ¿Una oferta de Australia, si estoy casi retirado del ciclismo? Pero era en serio y era un equipo grande”, recuerda en la entrevista.

El equipo le dio la confianza al colombiano y sembró la esperanza de su recuperación. Hoy, recoge esos frutos.

‘El Chavito’ dice, a ese medio, que ahora su sueño es vestirse de amarrillo en el Tour de Francia y regalarle otra sonrisa al deporte que le ha dado todo en la vida.

Siempre que estoy con ciclistas profesionales les pregunto: ‘¿Qué se siente cuando llegan a los Campos Elíseos?’ Y todos se quedan dos o tres segundos callados y dicen: ‘Noooo, eso es impresionante, se te ponen los pelos de punta’. Entonces, ¡imagínate llegar a París y ser el ganador! ¿Ah?”.

 

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