(Al final de esta nota encontrará un sondeo para que vote si cree en la imparcialidad de Fox Sports)

Y es natural ver esas críticas con reservas, pues tienen el sesgo del aficionado promedio que habla con la cabeza caliente.

Pero una frase del narrador en el partido de Atlético Nacional contra Rosario Central por el paso a las semifinales de la Copa Libertadores pareciera darles la razón.

Lo increíble es que la frase se dijo con tal naturalidad que pasó desapercibida para quienes vieron la transmisión.

Luego de casi 90 minutos de una narración que puede ser descrita con la palabra ‘equilibrada’, en el tiempo de reposición, cuando ya Nacional ganaba 3 a 1, el arquero de Rosario, Sosa,  lanzó un pelotazo, que fue interceptado y bajado por el colombiano Farid Díaz y pasado a su compañero Mejía, quien fue embestido por el jugador de Rosario Lo Celso.

Esto, como lo anticipó el narrador de Fox, Damián Trillini, le costó la expulsión. “Lo van a echar. Roja para Lo Celso, roja directa”, dijo.

Al presentar la repetición de la jugada, Trillini describió lo que fue obvio para millones de personas que veían el partido: “le pegó un puñetazo en el rostro, de espaldas”. Otra manera de decirlo: un ataque cobarde e injustificado.

Luego, con la mayor naturalidad, remató: “Innecesario lo de Lo Celso, pero entendible dentro del contexto del partido”.

¿Por qué es ‘entendible’ un acto de violencia de estas características? ¿Porque Berrío se “lo restregó” (el tercer gol) en la cara a Sosa, el arquero que había hecho comentarios racistas a lo largo del juego, denunciados al cuarto árbitro? ¿Porque iba perdiendo un equipo argentino, muy a su pesar?

Nada, ni episodios previos de violencia, en el partido puede hacer entendible un acto de violencia.

Aquí la palabra ‘entendible’ significaba simplemente ‘justificable’, a los ojos de un narrador nada imparcial.

Su simple frase tiene el poder de aliviar la carga de culpa (dar un barniz de normalidad a los hechos graves) del jugador Lo Celso y del jugador Damián Musto, quien salió a defender al arquero Sosa de la, hasta ese momento ‘no entendible’, restregada en la cara… del gol.

Ni la violencia física ni la verbal de los jugadores de Nacional o de Rosario fue entendible, mucho menos justificable.

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