Solo quienes corren, no importa si son distancias menores, entienden lo que significa en términos de esfuerzo físico mejorar unas décimas de segundo.

El récord para la distancia de 42 kilómetros 195 metros está en poder del keniano Dennis Kimetto con 2 horas, 2 minutos 57 segundos, establecido en Berlín en 2014.

Requeriría entre el 85 y 90 % de la capacidad aeróbica máxima de un corredor –el doble de la capacidad de un hombre promedio- y un ritmo cardíaco de sostenido entre 160 y 170 latidos por minuto”,

dice ‘The New York Times’.

En términos de ritmo, agrega que el atleta deberá correr cada milla (distancia equivalente a unos 1609 metros y fracción) en 4 minutos 34 segundos. Puesto en términos del sistema métrico, eso significa que cada kilómetro deberá ser corrido aproximadamente en 2 minutos 50 segundos y fracción. Haga el cálculo de cuál ha sido el promedio en su mejor carrera K.

El científico Yannis Pitsiladis está convencido de que esa meta se puede lograr y por eso creó el ‘Proyecto Sub2’ (‘Sub2Project’), sin el uso de drogas que mejoren el desempeño, y para eso está buscando un presupuesto de 30 millones de dólares.

La meta de 1 hora 59 minutos 59 segundos es tan dura que –dice The New York Times’- expertos creen que no será alcanzada hasta el 2028, 2035 o incluso 2041. Pitsiladis está pensando en finales del 2019.

Su consorcio utilizaría el último conocimiento –y desarrollará aproximaciones vanguardistas- en nutrición, biomecánica, genética, eficiencia de carrera, entrenamiento, estrategia de carrera y medicina deportiva para alcanzar la maratón por debajo de las 2 horas”,

dice ‘The New York Times’.

La idea es asesorar a corredores de cualquier parte del mundo con potencial de lograr la meta y desafiar lo que la gente piensa sobre las carreras de distancia, “desde cómo entrenar hasta si se usan zapatos para hacerlo”.

El periódico compara el proyecto con el viaje a la Luna, cuyos beneficios afectaron muchos otros campos.

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