La australiana de 25 años logra así su tercer título de Grand Slam después de Roland Garros en 2019 y Wimbledon en 2021. Es también la primera australiana en conquistar el título en Melbourne después de Chris O’Neill, en 1978.

Barty se llevó la final sin desplegar su mejor tenis, y lejos del dominio que mostró en sus seis anteriores partidos en este primer Grand Slam del año, por veces luciendo nerviosa ante la presión de romper el maleficio australiano.

Su primer set lució más luchado de lo que mostró el marcador, pero bajó sus prestaciones al inicio del segundo set. Cedió en dos ocasiones su servicio y parecía dejar todo para un tercer set, pero se recuperó de un 5-1 en contra para ponerse 5-5.

Collins logró llevar el partido al tie-break, pero Barty sí se mostró superior allí, disponiendo de cuatro bolas de partido y aprovechando la primera de ellas para asegurarse el título.

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Barty participaba en su 9º Abierto de Australia, un torneo en el que nunca había pasado de semifinales (2020). En su camino al título ha dejado en la cuneta a cuatro tenistas estadounidenses en sus cuatro últimos partidos: Amanda Anisimova en octavos, Jessica Pegula en cuartos, Madison Keys en semifinales, y Collins en la final.

Cuando cosechó su primer ‘Grande’ en 2019 en Roland Garros, la australiana había derrotado a las cuatro mismas jugadoras: Pegula en 1ª ronda, Collins en 2ª, Keys en cuartos y Anisimova en semifinales.

De paso se convirtió en la única jugadora en activo junto a Serena Williams en haber ganado torneos de Grand Slam en todas las superficies (duro, hierba y tierra batida).