Contenido Patrocinado Feb 20, 2024 - 5:46 pm

Después de terminar su bachillerato técnico en el área de mecánica industrial, José Fredy Luna comenzó a trabajar en el día y a estudiar en la noche, como lo hacen millones de colombianos que se ‘ponen la 10’ para conseguir sus sueños sin importar los obstáculos que tengan que superar.

“Estudiaba ingeniería de sistemas, mientras trabajaba como tornero fresador en una empresa de empaques flexibles en el área de mantenimiento. Ahí aprendí el funcionamiento de ese tipo de maquinaria”, recuerda José Fredy sobre esos días en los que las 24 horas parecían pocas para todo lo que había que hacer.

Sin embargo —como también les sucede a muchos colombianos— tuvo que renunciar, porque no le dieron la oportunidad de trabajar en lo que estaba estudiando. Como quien dice: “estaba en el lugar equivocado”. Durante casi seis meses buscó un empleo en el que pudiera poner en práctica lo aprendido en los salones de clase, pero no tuvo éxito por la falta de experiencia. La cosa no pintaba bien, pero eso no achicopaló a José Fredy, por el contrario, lo llevó a encontrar soluciones para salir adelante.

Así las cosas, José Fredy retomó a su oficio como tornero fresador en una empresa de empaques flexibles, un trabajo que marcó el resto de su vida ya que de ahí brotó su vena de emprendedor. “Dos años después salí de esta compañía a hacer mantenimientos y asesorías como independiente, aprendiendo mucho más del proceso”, recuerda ahora, con la sonrisa de quien ha sabido convertir las dificultades en oportunidades.

Este fue el origen de Zippol, una pyme que se dedica a la fabricación y comercialización de empaques flexibles para la industria en general, y de la cual hoy José Fredy es su orgulloso gerente. Hoy Zippol da trabajo a más de 30 personas y compite, de tú a tú, con compañías de mucho mayor tamaño y experiencia. Como dicen por ahí, “se les creció el enano”.

Un apoyo sostenible

Por supuesto, emprender no es ninguna “papita pal’loro” y no está libre de obstáculos, pero estos no frenaron el ímpetu de José Fredy y, por el contrario, lo llenaron de valor para que ese sueño que ya se estaba haciendo realidad fuera mucho más ambicioso y retador.

Aquí es donde aparece Davivienda. En 2019, José Fredy fue hasta la Casita Roja en busca de financiamiento para comprar nueva maquinaria que le permitiera aumentar la capacidad operativa de la planta y conquistar así nuevos clientes y mercados. El hombre se la jugó de frente por crecer su negocio. “Vale la pena adquirir deudas buenas, no hay que temer a recibir este tipo de ayudas”, aconseja José Fredy a otros emprendedores que todavía la dudan a la hora de hacer crecer sus negocios.

Y es que Davivienda también se ha ‘puesto la 10’ para ayudar a los emprendedores: hoy ha impulsado los sueños de 400.000 pymes y ha destinado cupos por 10 billones de pesos para movilizar las pequeñas y medianas empresas colombianas. Un apoyo a la construcción de sueños y a la generación de empleo formal en el país.

Además, la Casita Roja ya lleva dos versiones de la Feria Pyme Davivienda, en la que se beneficiaron más de 8.000 clientes que accedieron a 3,7 billones de pesos en cupos crediticios y que, seguramente, tendrá una nueva edición en 2024 para seguir impulsando los sueños de personas como José Fredy.

Aparte de estos recursos, Davivienda ofrece a las pymes alternativas digitales para que puedan crecer de manera sostenible y duradera, porque lo más difícil no es llegar, sino sostenerse. La plataforma Py+, por ejemplo, es un portal de contenido y herramientas gratuitas para pymes, enfocadas a su transformación digital y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías. Hoy, 64.000 empresas y emprendedores están suscritos a Py+.

Y aunque suene extraño, estas iniciativas aportan a la sostenibilidad, ya que esta combinación de herramientas impacta de manera positiva varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (las metas que los países se fijaron para construir un mejor planeta para las próximas generaciones), ya que fomenta el trabajo decente y el crecimiento económico (ODS núm. 8); aporta a la reducción de la desigualdad (ODS núm. 10) mediante la generación de oportunidades; e inculca la producción responsable (ODS núm. 12) en emprendedores como José Fredy, uno de tantos colombianos que sabe que el poder de las pymes es verdadero y que cada mañana se levantan para construir un mejor futuro para todos.