La generosidad que salva vidas: testimonios y realidades de la donación de órganos en Colombia

Luz Marina Quintín Londoño vive cada día agradecida por la oportunidad que le brindó la generosidad de un desconocido. Desde hace ocho años, el latir de sus dos riñones trasplantados es más que un testimonio de supervivencia: es un compromiso con la vida y con quienes aún están a la espera de una oportunidad similar. La recuperación fue instantánea tras la cirugía; la vitalidad que la enfermedad le había arrebatado regresó con fuerza, y desde entonces asume esta segunda oportunidad como un llamado a concientizar sobre la importancia de la donación de órganos, como relató a La Crónica del Quindío.

Diagnósticada a los 36 años con insuficiencia renal crónica no especificada, el horizonte de Luz Marina cambió abruptamente. Su historia, sin embargo, encuentra esperanza en el milagro de un trasplante: a los 52 años, sobrelleva el legado vital de una persona de 22. Para ella, donar órganos es una decisión informada y responsable que debe concretarse en vida, ya que nadie sabe si algún familiar podría también necesitarlo.

La dimensión del acto de donar órganos se visibiliza también en la experiencia de Leonardo Montoya Albarán. Cuando pudo conocer al niño que recibió el corazón de su hijo, Luis Esteban Montoya Rodríguez, un adolescente de 13 años que falleció por un aneurisma cerebral, comprendió que su dolor se transformó en esperanza para otra familia. Observó de cerca cómo el corazón de su hijo seguía latiendo en otro cuerpo, refrescando el significado real y humano de la donación: dejar de ser un número para convertirse en una vida que sigue.

El contexto en el Quindío sigue siendo desafiante: Luz Marina remarcó la persistencia de mitos y desinformación sobre el trasplante, dificultades que se evidencian en los datos aportados por el Instituto Nacional de Salud (INS). Según el Sistema Nacional de Información en Donación y Trasplantes RedDataINS, actualmente 28 personas esperan un trasplante en el departamento, principalmente de riñón, con los grupos de edad entre 41 y 50 años siendo los más afectados. A nivel nacional, la cifra crece a 4.155 personas en espera, y el riñón representa el órgano de mayor demanda.

Estos retos se acrecientan con historias como la de Santiago Giraldo Marín, quien se encuentra próximo a ingresar a la lista de espera y vislumbra un posible trasplante gracias a la solidaridad de su hermano, así como la de María Paula Rincón Melo, de 26 años, quien lleva tres años aguardando la llegada de un órgano que le permita retomar sus planes y sueños.

Según explicó Ximena Escobar Chávez, directora de Fundonar Colombia, el principal obstáculo es aún la desinformación, motivando temores infundados sobre el proceso o los efectos físicos. Señaló que la donación es una intervención quirúrgica segura y regulada, y que los temores sobre mutilaciones corporales o tráfico de órganos carecen de sustento real. El proceso comienza con patologías neurológicas graves y está regulado estrictamente para salvaguardar la dignidad del donante.

Elkin Andrés Rivera Franco, médico citado por La Crónica del Quindío, explicó la normativa colombiana sobre donación de órganos: la Ley 1805 de 2016 dispone que todos los colombianos son donantes salvo manifestación explícita en contrario. A su vez, la Ley 9 de 1979 y la Ley 73 de 1988 establecen el marco básico, mientras el Decreto 2493 de 2004 organiza la red de donación y prohíbe la comercialización de órganos. Solo mayores de 18 años pueden ser donantes plenos y, en algunos casos, también se reciben tejidos y órganos de personas fallecidas, siempre bajo estricta legalidad.

La escasez de donantes, junto al desconocimiento y la desconfianza, muestra que aún existe un desafío social y cultural pendiente, esencial para que esas 28 personas y miles más puedan recibir a tiempo la oportunidad de una nueva vida.

¿Cómo se selecciona a los pacientes en lista de espera para trasplante de órganos en Colombia?

Esta pregunta refleja la preocupación de quienes, al conocer historias como la de Luz Marina Quintín o María Paula Rincón Melo, desean entender cómo funciona el proceso de asignación de órganos y la equidad del sistema. La selección de beneficiarios es un tema delicado, ya que implica criterios médicos estrictos y priorización basada en la urgencia, compatibilidad y posibilidad de éxito del trasplante, según el Sistema Nacional de Información en Donación y Trasplantes RedDataINS, citado en el artículo.

El contexto colombiano está regido por normas específicas, como la Ley 1805 de 2016 y el Decreto 2493 de 2004, que establecen la organización y los lineamientos para la distribución de órganos donados, garantizando transparencia y control por parte del Instituto Nacional de Salud. El sistema no solo considera aspectos médicos, sino que busca promover la justicia y la solidaridad, elementos fundamentales para fortalecer la confianza pública y reducir la alarmante lista de espera en todo el territorio nacional.