¿Bañistas en riesgo? El nuevo decreto busca proteger el balneario Hurtado, pero falta un salvavidas permanente

El Decreto No. 1225, expedido el 19 de diciembre de 2025 y firmado por el alcalde de Valledupar, Ernesto Orozco Durán, introduce una serie de disposiciones con la intención de reforzar la seguridad pública y ambiental en el balneario Hurtado, sobre el río Guatapurí, durante la temporada vacacional de 2025-2026. Esta medida surge frente al aumento de visitantes y el riesgo recurrente de accidentes y emergencias en este emblemático destino turístico de la región.

El primer punto de la normativa establece la prohibición del acceso y permanencia en el balneario Hurtado desde las 6:00 de la tarde hasta las 4:00 de la madrugada del día siguiente. La razón principal de esta restricción, según argumenta la Alcaldía, es salvaguardar la vida y el bienestar tanto de residentes como de turistas, mitigando la probabilidad de ahogamientos u otros incidentes derivados del uso nocturno del afluente. Sin embargo, pese a la promulgación del decreto, las autoridades no han logrado garantizar la presencia constante de personal rescatista especializado en el área, una omisión considerable en un espacio reconocido por su alto nivel de riesgo.

Para afrontar parcialmente esta carencia, la administración local ha dispuesto la conformación de brigadas de emergencia temporales. Estas brigadas integran miembros de instituciones reconocidas como la Cruz Roja, el Cuerpo de Bomberos y la Defensa Civil, quienes se encargan de custodiar el balneario, brindar recomendaciones preventivas a los visitantes y entregar información sobre líneas de atención de emergencias. Además, estas brigadas llevan a cabo diferentes jornadas de sensibilización tanto en el balneario como en hoteles y recintos recreativos cercanos, con el objetivo de fomentar una cultura de prevención y acatamiento de las disposiciones emitidas por las autoridades.

No obstante, la temporalidad y dependencia de recursos de estas brigadas evidencian una brecha persistente: la ausencia de un salvavidas o rescatista permanente continúa siendo una limitación fundamental para cumplir plenamente con las garantías de seguridad sobre las que se sustenta el decreto. Esta situación genera una discrepancia importante entre las metas propuestas en el documento y las condiciones reales de protección percibidas por los usuarios del río Guatapurí.

En cuanto a la aplicación del decreto, esta recae en los inspectores urbanos de policía, quienes tienen la autoridad para sancionar a las personas que incumplan la restricción de ingreso a los horarios definidos. Las multas pueden llegar hasta dos salarios mínimos legales mensuales vigentes. Además, la vigilancia y control están bajo la responsabilidad de la Policía Metropolitana de Valledupar, obligada a reportar las infracciones a la Inspección de Policía adscrita a la Secretaría de Gobierno.

Félix Valera, secretario de Gobierno municipal, defendió el alcance de las medidas señalando que los organismos de socorro están presentes en horario diurno y que “los fines de semana se intensifica la presencia”. Reconoció, sin embargo, la imposibilidad de contar con vigilancia continua durante toda la noche. Entre los objetivos específicos del decreto mencionó la protección de personas en estado de embriaguez, la prevención de pérdidas humanas por la falta de socorristas en horas nocturnas y también razones ambientales, como permitir la recuperación del río durante ciertos períodos.

Valera hizo énfasis en que la norma tiene alcance particular sobre el balneario Hurtado y que incluye revisiones en piscinas de restaurantes y conjuntos residenciales cercanos, similar a las intervenciones realizadas en La Paz, todo bajo la supervisión de la oficina de Gestión del Riesgo. El objetivo final, según las autoridades municipales, es salvaguardar a las personas y contribuir al cuidado de los entornos naturales más visitados por la ciudadanía.

¿Por qué no se designa un rescatista permanente en el balneario Hurtado?

La interrogante sobre la ausencia de salvavidas permanentes en el balneario Hurtado adquiere relevancia ante los riesgos conocidos y la alta afluencia de visitantes, sobre todo en temporadas de vacaciones. Aunque el decreto establece brigadas de emergencia temporales, queda en evidencia que estos equipos dependen de la disponibilidad de recursos y de la operatividad de diferentes organismos de socorro, lo que impide una vigilancia ininterrumpida.

Esta situación genera inquietud tanto en la población local como en los turistas, quienes podrían esperar una protección más constante frente a los riesgos que supone el uso recreativo del río. La garantía integral de seguridad en el balneario sigue siendo un desafío pendiente para las autoridades de Valledupar, en tanto no se logre establecer la presencia indefinida de personal especializado durante todo el día y la noche.