La planta que desafía todo lo que sabemos: así sobrevive sin fotosíntesis y se reproduce sin sexo

El análisis tradicional de las plantas en el ámbito escolar suele centrarse en rasgos generalizados, como el color verde, la capacidad fotosintética y la reproducción sexual. Sin embargo, nuevas investigaciones han comenzado a desafiar estos conceptos. El botánico Kenji Suetsugu, de la Universidad de Kobe en Japón, lidera un equipo que observa de cerca a las especies del género Balanophora, presentes tanto en Taiwán como en Japón, y que ofrecen una perspectiva completamente distinta de lo que define a una planta, según lo expuesto en declaraciones recogidas por El Espectador y la publicación científica New Phytologist.

Las Balanophora, notablemente diferentes a otras plantas, no presentan el característico color verde ni dependen de la fotosíntesis. Estas especies se alimentan parasitando las raíces de otras plantas y permanecen ocultas bajo tierra —salvo durante su floración—, lo que desafía la idea clásica de las plantas como organismos visibles y autónomos en su crecimiento. Además, el ciclo reproductivo de muchos de estos ejemplares es asexual; es decir, no requieren de procesos de fertilización para producir semillas, una estrategia que les confiere ventaja en entornos con escasez de polinizadores o individuos compatibles.

Como reconocen los investigadores, a pesar de los esfuerzos investidos durante años en el laboratorio y en estudios de campo, todavía existe un vacío considerable de información acerca de la evolución de las Balanophora. Estos organismos suelen encontrarse en bosques húmedos y de difícil acceso, lo que ha dificultado su análisis pormenorizado. El desarrollo de relaciones estrechas con naturalistas y expertos locales ha sido clave para avanzar en el conocimiento de estas plantas, según el propio Suetsugu.

Uno de los resultados más destacados del estudio recientemente publicado señala que la reproducción asexual en estas plantas no es una adaptación reciente, sino que se instauró desde etapas evolutivas tempranas. Animales como los grillos camello y algunas cucarachas cumplen funciones complementarias en la reproducción, aunque no imprescindibles, gracias a la capacidad de las Balanophora de asegurar su perpetuación por medio de semillas generadas sin fertilización cruzada. Los científicos sostienen que, en ciertas especies, esta vía pudo haber desplazado completamente a la reproducción sexual.

El equipo multidisciplinario también descubrió que el plastidio, un orgánulo esencial en la fotosíntesis, presenta en las Balanophora un genoma sumamente reducido. Esto sugiere a simple vista que el plastidio estaba al borde de desaparecer en estas plantas, pero la investigación estableció que sigue juegando un papel metabólico relevante al recibir proteínas vitales para su funcionamiento, incluso si ha abandonado la función fotosintética.

Pese a los avances, se advierte que la conservación de estas especies está en riesgo. Petra Svetlikova, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa, recalca que a pesar de la protección en algunas áreas, la tala de árboles y la recolección clandestina ponen en peligro a las poblaciones nativas de Balanophora. Según ella, estudiar este tipo de plantas aporta nuevas miradas sobre la diversidad botánica y las sorpresas que la evolución aún depara a la ciencia.

Estas investigaciones, además de ampliar la comprensión sobre los límites y adaptaciones de las plantas, sirven como un recordatorio del delicado equilibrio ambiental que sostiene especies únicas como las Balanophora.

¿Qué es exactamente la reproducción asexual en plantas?
La reproducción asexual, según la información del estudio, implica que una planta puede producir descendencia sin la intervención de otra planta o el intercambio de material genético. En el caso de las especies de Balanophora, esta forma de reproducción se traduce en la capacidad de generar semillas prescindiendo de polinizadores o de la fecundación convencional, lo que resulta especialmente útil para sobrevivir en ambientes con difícil acceso a otras plantas compatibles o agentes polinizadores. Esta estrategia resalta no solo su singularidad, sino la asombrosa capacidad de adaptación evolutiva que presentan estos organismos, tal como indican las observaciones y los datos presentados por Suetsugu y sus colegas.

Examinar este tipo de mecanismos reproductivos permite comprender cómo las plantas pueden sobrevivir y proliferar en condiciones adversas y poco convencionales, ampliando así los horizontes de la botánica y ofreciendo lecciones valiosas para la conservación de la biodiversidad vegetal.