¿Por qué tener los huevos en la nevera si en tiendas no están refrigerados?

En el primer caso, la mayoría de los huevos disponibles en los supermercados han sido pasteurizados. Este proceso implica sumergir los huevos en agua caliente durante un período de tiempo específico para matar cualquier bacteria presente en la cáscara. Así, se elimina la necesidad de refrigerar los huevos para preservar su frescura y seguridad alimentaria durante un período prolongado.

Sobre el segundo punto, muchos huevos en Colombia provienen de granjas locales donde se siguen prácticas de producción y manejo que minimizan el riesgo de contaminación bacteriana. Los huevos suelen ser recolectados y distribuidos rápidamente, lo que reduce la posibilidad de que se desarrollen bacterias nocivas en la cáscara antes de que lleguen a los consumidores.

Sin embargo, una vez que los huevos se compran y se llevan a casa, es recomendable refrigerarlos para prolongar su frescura y reducir el riesgo de crecimiento bacteriano.

La refrigeración de los huevos ralentiza su deterioro y mantiene la calidad de ese alimento por un periodo más largo. Además, refrigerarlos también ayuda a prevenir la contaminación cruzada con otros productos en la nevera.

¿Cómo hacer para que los huevos duren más tiempo?

Así, para que extender su duración, es importante almacenarlos en el refrigerador, ya que el frío ayuda a mantener su frescura por más tiempo. Además, es recomendable mantenerlos en su envase original y no lavarlos hasta que estén listos para ser utilizados.

Por lo tanto, aunque los huevos comprados en el supermercado no estén refrigerados, es importante almacenarlos en la nevera una vez que se llegue a casa para garantizar su seguridad alimentaria y frescura.

No es recomendable lavar los huevos antes de refrigerarlos porque puede eliminar la capa protectora natural que recubre la cáscara de ese alimento. Conocida como cutícula o ‘bloom’, actúa como una barrera natural que lo protege de la entrada de bacterias y evita la pérdida de humedad, ayudando a mantener su frescura y calidad.

Al lavar los huevos, se corre el riesgo de eliminar esta capa protectora y permitir que las bacterias penetren a través de la cáscara, aumentando así el riesgo de contaminación. Además, el agua utilizada para lavar los huevos puede contener suciedad y microorganismos que podrían transferirse a través de la cáscara, lo que aumenta aún más el riesgo de contaminación.

Por lo tanto, es mejor no lavar los huevos antes de refrigerarlos. Si el huevo tiene suciedad visible, es recomendable limpiarlo con un paño seco o un cepillo suave justo antes de usarlo, en lugar de lavarlo con agua. De esta manera, se conserva la capa protectora natural y se reduce el riesgo de contaminación bacteriana.