Libre y directo

Están el 'Tigre’ Falcao, el ‘Búfalo’ Zapata y el ‘Zorro’ Borja. Todos competitivos en el eje central de ataque de la Selección Colombia. Cada quien a su manera, demoledores, felinos, invasivos, dañinos.

Todos ellos, como remate a la inspiración de James en la construcción de las jugadas. Está la ‘Roca’ Sánchez. Está Dávinson. Y, aunque en observación por sus vacilaciones, están David Ospina y Yerry Mina, afectados por la falta de actividad.

Hay columna vertebral. Los conceptos se han afinado y las pocas dudas para el relleno, pasan por una o dos posiciones. Arias, regular y firme. Cuadrado, de regreso, con la garantía de su gambeta que, constructiva y en momentos críticos, es gracia divina indescartable para el entrenador. Muriel con su polifuncionalidad ofensiva. Cuánto ha evolucionado.

Mateus Uribe se convierte en base fundamental del juego, Mojica tiene centro teledirigido e influye en defensa y ataque y es competencia directa para Fabra que para el técnico es el titular. Lerma es un pistón con ida y vuelta que da equilibrio, como pieza de relevo influyente por su versatilidad.

Ha fortalecido Colombia sus argumentos técnicos, especialmente en velocidad colectiva. En sus repliegues es rápido, y cuando se compacta, reduce espacios de acción a los rivales. Al despliegue, esos espacios los explota con toques. Hay tenencia de pelota, determinante en el dominio.

Bacca no se ha borrado. Sigue siendo alternativa y todo depende de los dos meses restantes antes del Mundial. Será nerviosa la espera para él, para Chará, Izquierdo, Cuadrado y el portero. Aguilar es el capricho, o la cábala. Barrios la hormiguita de marca. Lento se ve Moreno y sin físico Quintero. Cardona también es pausado pero ejecuta maniobras con calidad. Mimado del técnico porque encaja en sus planes y porque en la clasificación fue arma mortífera para ganar puntos y partidos al final.

Tenemos, con la selección, el primer título a favor. Somos campeones del optimismo, sin fantasear. Es un equipo distinto a aquel que en el torneo suramericano caminaba sin rumbo. Para mejorar, precisión en contragolpes. Presión sostenida y colectiva. Pase con control en el área. Ajustes defensivos y población agresiva de volantes con ocupación de espacios, en zonas creativas del rival como lo hizo Mateus en el juego contra Francia.

@estejaramillo

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.