"Más implicados": vendrían nuevas capturas en caso de atentado a Miguel Uribe Turbay

Carlos Eduardo Mora González, conductor del Spark gris involucrado en el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, entregó su testimonio bajo juramento, pero fotos y videos obtenidos por investigadores desmienten parte de su versión.

Mora afirmó haber conocido a alias ‘el Costeño’ (también llamado ‘el Negro’ o ‘Bayron’) hace pocas semanas, pero las autoridades poseen evidencia que muestra que su relación data al menos de mediados de 2024, incluyendo encuentros en Caquetá.

(Vea también: Las 2 piezas que faltan en la “logística sicarial” del atentado contra Miguel Uribe Turbay).

Además, Mora confesó que alias ‘Gabriela’ (Katerine Martínez) le entregó al joven sicario una pistola Glock en presencia de ‘el Costeño’, quien desactivó el seguro del arma.

Alias ‘Gabriela’ llegó al evento político de Uribe en Modelia por su cuenta, supuestamente para hacer un servicio de uñas, y luego se unió a los demás en el Spark.

Las imágenes muestran a ‘el Costeño’ en el lugar del atentado cargando su bolso. Mora también reconoció haber transportado a ‘el Costeño’ para hacer reconocimientos del sitio del atentado y otros traslados.

Se investiga si Mora está mintiendo y si ‘el Costeño’ es el articulador material del ataque contra el senador y precandidato.

Las autoridades, citadas por El Tiempo, consideran inminente su captura y buscan a “más implicados”, incluyendo a quienes golpearon al sicario tras ser neutralizado y que también serían capturados muy pronto.

Qué le pasó a Miguel Uribe Turbay

Miguel Uribe Turbay, senador del partido Centro Democrático y uno de los precandidatos presidenciales para las elecciones de 2026 en Colombia, fue víctima de un atentado armado el sábado 7 de junio de 2025, durante un acto político en el barrio Modelia de Bogotá. Mientras se dirigía a los asistentes del evento, un joven de 15 años se le acercó por detrás y le disparó en varias ocasiones.

Los informes médicos iniciales confirmaron que el senador recibió dos impactos de bala en la cabeza y otro en el muslo izquierdo, lesiones de extrema gravedad que obligaron a su traslado inmediato a la Clínica Fundación Santa Fe, donde fue sometido a una cirugía neuroquirúrgica de urgencia, así como a una intervención en la pierna. Desde entonces, permanece en estado crítico, bajo pronóstico reservado en la unidad de cuidados intensivos.

El hecho causó conmoción en el ámbito político y social del país, no solo por la gravedad del ataque, sino también por las circunstancias y el perfil del agresor. El atacante, identificado como un menor de edad, fue capturado en el lugar con el arma homicida, una pistola tipo Glock. Según revelaron fuentes cercanas a la investigación, esta arma había sido adquirida en Arizona (Estados Unidos) en 2020, lo que abrió una línea de investigación sobre el posible tráfico ilegal de armas entre ambos países.

Las autoridades colombianas, en colaboración con agencias de inteligencia, han desplegado a más de 100 agentes para esclarecer los móviles detrás del atentado, que van desde una acción individual hasta un posible ataque coordinado con fines políticos. Se ofreció una recompensa de hasta 3.000 millones de pesos por información que permita identificar a los responsables intelectuales del crimen, si los hay.

El atentado también sacudió el debate político nacional. Miguel Uribe Turbay es una figura prominente del uribismo, conocido por su férrea oposición al gobierno del presidente Gustavo Petro. En los días previos al ataque, Uribe había sido especialmente crítico con el Ejecutivo, y su candidatura se perfilaba como una de las más visibles en la contienda por la presidencia.

Tras el atentado, diversos sectores políticos, incluyendo al presidente Petro, condenaron enérgicamente la violencia, manifestaron su solidaridad con la familia del senador, y pidieron una tregua en la creciente polarización del discurso político. Petro, incluso, canceló un viaje internacional para concentrarse en la situación de orden público y prometió reforzar la seguridad tanto de dirigentes de oposición como de miembros del gobierno.

Este intento de magnicidio ha encendido las alarmas sobre el riesgo que enfrenta la democracia colombiana ante la retórica de odio, la violencia política y el debilitamiento de las garantías electorales. También ha llevado a revaluar la protección de figuras públicas en un contexto de creciente tensión ideológica y social.

En medio de este panorama sombrío, la recuperación de Miguel Uribe Turbay, aunque aún incierta, se ha convertido en un símbolo de resistencia democrática para sus seguidores, mientras que el país entero observa con preocupación el rumbo que tomará el proceso electoral en medio de esta crisis.