Dejan ver cómo eran realmente las habitaciones de la familia Lora en Aguachica

Desde el trágico asesinato de la familia Lora Rincón el 29 de diciembre de 2024 en Aguachica, Cesar, diversas versiones han circulado sobre los posibles motivos detrás del crimen. Entre los rumores más insistentes estaban supuestas extorsiones, vínculos con un narcotraficante apodado ‘El calvo’ y teorías que señalaban al pastor Marlon Lora como testaferro. Sin embargo, una reciente investigación de Testigo Directo, en alianza con Pulzo, arroja nueva luz sobre lo que realmente ocurrió.

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El equipo periodístico se desplazó hasta Aguachica para comprobar en terreno la veracidad de estas afirmaciones. Lejos de encontrar una vida de lujos, descubrieron que el pastor Marlon Lora y su familia llevaban una existencia modesta en la casa pastoral contigua a la iglesia Príncipe de Paz, en el barrio Villa Paraguay.

La vivienda donde residían reflejaba condiciones humildes: paredes sin terminar, techos sin recubrimiento adecuado y la evidente carencia de comodidades básicas. Todo esto contrastaba profundamente con las teorías que hablaban de riquezas derivadas del narcotráfico.

Ante los rumores, el pastor Giovanni Hernández —quien asumió la conducción de la iglesia tras el crimen— fue enfático al declarar:

“Sí, ellos eran testaferros, ¡pero de Dios!.(..) Yo conocí por más de 25 años y era un hombre de bien, integro, que sirvió, amó a Dios, a su familia y la comunidad en general”, dijo el hombre.

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La muestra de la casa donde vivía la familia Lora Rincón expuso una historia de servicio y humildad, muy distinta a las especulaciones que circularon tras su muerte. La realidad de su vida cotidiana deja claro que las teorías de conspiración carecen de fundamento, y que detrás de esta tragedia hay una historia humana que merece ser contada con respeto y verdad.

Además, la madre del pastor Lora en ‘Bajo sospecha’ aseguró que su hijo nunca tuvo nada que ver con en narcotráfico, que era una persona humilde y que él y su familia no merecía morir.