¿Qué es el protocolo de neurorehabilitación en parte médico de Miguel Uribe? Es crucial
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Luego de publicarse el nuevo informe sobre el estado de salud del senador, se conoció de este plan estructurado que busca maximizar su independencia funcional.
¿Qué es el protocolo de neurorehabilitación? Es la pregunta que ha surgido sobre el estado de salud de Miguel Uribe, quien ya lleva más de un mes en la Fundación Santa Fe (Bogotá), luchando por mantenerse con vida con distintos procedimientos multidisciplinares, los cuales son liderados por algunos de los mejores especialistas del país.
Claramente, la duda surgió luego de conocerse el nuevo parte médico del senador, que fue publicado en la mañana de este 14 de julio, y que reveló los cambios y la evolución que ha tenido con las distintas cirugías. No obstante, hay datos y términos médicos que no son claros para todos los lectores. Así que Pulzo lo explicará de una manera detallada.
El protocolo de neurorehabilitación es un plan de tratamiento estructurado y personalizado, diseñado para ayudar a pacientes a recuperar funciones neurológicas perdidas o deterioradas debido a lesiones o enfermedades del sistema nervioso. De acuerdo con el especialista en neurocirugía Remberto Ignacio Burgos, en entrevista para Caracol Radio, aclara que es un punto importante para saber cómo está su estado de conciencia y su relación con el entorno y que, a pesar de ser una situación muy delicada, en este momento ya superó las primeras fases.
Este protocolo aborda una amplia gama de condiciones como accidentes cerebrovasculares, traumatismos craneoencefálicos, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson y lesiones de la médula espinal. Su objetivo principal es maximizar la independencia funcional del paciente, mejorar su calidad de vida y facilitar su reintegración en las actividades diarias, gracias a un grupo de rehabilitación que se enfoca en la terapia física, de lenguaje y ocupacional. Es decir, se trata de un proceso integral, según explica el especialista a ese medio y que depende de la evolución del paciente.
(Vea también: “El problema no es él”: María Claudia Tarazona habló del menor que le disparó a Miguel Uribe)
Por otra parte, involucra un equipo de neurólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, neuropsicólogos y enfermeros especializados. Cada especialista aporta su experiencia para diseñar intervenciones terapéuticas específicas, que pueden abarcar desde ejercicios de movimiento y equilibrio hasta terapia del habla, entrenamiento cognitivo y adaptación de tecnologías de asistencia.
¿Cuáles son los objetivos de la neurorehabilitación y cómo ayudaría a Miguel Uribe?
La neurorehabilitación se erige como una disciplina fundamental en la recuperación de funciones neurológicas perdidas o deterioradas a causa de lesiones cerebrales, accidentes cerebrovasculares, enfermedades neurodegenerativas o traumas medulares. Sus objetivos principales son amplios y multidisciplinares, centrándose en maximizar la autonomía del paciente, mejorar su calidad de vida y facilitar su reintegración social y ocupacional. Esto se logra a través de la restauración de habilidades motoras, cognitivas y comunicativas, el manejo del dolor y la espasticidad, y la adaptación a nuevas formas de realizar actividades cotidianas. En esencia, busca potenciar la neuroplasticidad del cerebro, su capacidad intrínseca para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales, permitiendo que áreas sanas asuman funciones de las zonas afectadas.
En el caso de Miguel Uribe, ofrecería un camino estructurado y personalizado hacia la recuperación. Dependiendo de la naturaleza y extensión de su condición, un programa de neurorehabilitación integral podría abordar desde la recuperación de la movilidad y la fuerza muscular hasta la mejora de funciones cognitivas como la memoria, la atención y la resolución de problemas. Las terapias específicas, que pueden incluir fisioterapia, terapia ocupacional, terapia del lenguaje y neuropsicología, se diseñarían para minimizar las secuelas de su afectación neurológica, permitiéndole recuperar la mayor independencia posible en sus actividades diarias, tanto a nivel personal como, eventualmente, en su vida pública. Además, el enfoque holístico también contemplaría el apoyo psicológico y emocional, crucial para afrontar los desafíos del proceso de recuperación y mantener una perspectiva positiva.
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