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El fallecimiento de John Alexander Osorio, sargento segundo, continúa causando interrogantes sobre la seguridad de los uniformados en instalaciones oficiales.
La indignación y el dolor son las emociones que embargan a la familia del sargento segundo John Alexander Osorio Hernández, tras su muerte en lo que parece ser un lamentable accidente dentro del Fuerte Militar de Tolemaida.
(Vea también: [Video] Periodista halló el cuerpo de niña desaparecida mientras reportaba sobre su caso)
Sin embargo, detrás de su suceso, para algunos podría esconderse una acción más siniestra. Según un familiar cercano, el sargento fue presuntamente atropellado por un oficial del Ejército, quien en lugar de auxiliarlo, lo abandonó en la vía. La familia del fallecido lo ha calificado de forma desgarradora: “vil canalla”.
La tensión en torno a este caso es palpable, ya que el sargento Osorio, quien se desempeñaba como instructor en la Escuela de Artillería, fue hallado sin vida al amanecer, a un costado de la principal carretera del fuerte.
“El sargento venía de regreso caminando hacia la zona donde debía descansar. Fue atropellado por otro miembro de la institución y esta persona, en un acto de vil cobardía, como vil canalla, en lugar de prestarle los primeros auxilios, lo dejó botado y continuó su camino como si nada”, indicó a Semana un allegado de la víctima.
El Ejército Nacional confirmó la información y aseguró que instancias competentes ya están investigando. El sitio del hallazgo, conocido como ‘Los Mangos’, está ubicado a tan solo 500 metros de un hospital militar donde pudo haberse brindado atención oportuna.
De acuerdo con el relato, el uniformado duró tendido en el suelo por varias horas antes de que otro miembro de la institución lo encontrara sin vida. “Eso fue entre las 10 de la noche y las 12, pero fue encontrado a las 5 de la mañana”, añadió el entrevistado.
A medida que la noticia resonaba en la opinión pública, surgieron las primeras pistas. Las investigaciones preliminares apuntan a la posible responsabilidad de un oficial, cuyo vehículo, un BMW, presenta daños frontales compatibles con un atropello.
“Al hacer la verificación, ellos (base militar de Tolemaida) verifican el vehículo y confrontan a esta persona. Sin embargo, esta persona, pese a haberlo asesinado la noche anterior, llegó a trabajar como si nada a su oficina al día siguiente. Y no fue sino hasta cuando se vio acorralado por los videos, que tomó la decisión de decir que él sí lo había atropellado la noche anterior”, agregó el primo del sargento.
Este incidente ocurre en medio de un clima de alta tensión en el Fuerte Militar de Tolemaida, que ha visto la muerte de varios uniformados en un corto período. Esto causa profunda inquietud sobre la seguridad y situación interna dentro de la instalación.
Mientras las investigaciones avanzan, las familias exigen mejoras urgentes para evitar nuevas tragedias. Un llamado que ya trasciende las paredes del fuerte y resuena en una nación consternada. Teniendo en cuenta que hace pocos días tres uniformados murieron en un entrenamiento.
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