Extradición de asesino de joven barranquillera, fugado hace años en Brasil, ya está lista

El Tribunal Supremo de Brasil no admitió las pretensiones con las que Saade quería evadir la condena a 26 años de cárcel impuesta por la justicia colombiana y dejó en firme su extradición para que afronte su responsabilidad por el crimen que le acusan, ya que fue recapturado en mayo de 2023 cuando intentaba huir delas autoridades, cerca a una playa de Belo Horizonte.

Abogados de Saade habían interpuesto un recurso de aclaración para frenar su extradición a Colombia, la cual se profirió mediante una sentencia del 18 de abril del presente año; sin embargo, el tribunal no falló en su favor.

Luego de la decisión de esa instancia judicial, la defensa de Martín Mestre, padre de Nancy Mestre, piden a la Cancillería y a Presidencia que se aceleren los trámites para que Saade cumpla su condena en Colombia, lo antes posible.

(Vea también: Jaime Saade, asesino de Nancy Mestre, cayó en su escondite muy cerca al mar brasileño)

Sobre la solicitud para recibir la extradición de Saade Cormane, voceros de Minjusticia, en diálogo con El Tiempo, manifiestan que están atentos a la respuesta del Gobierno de Lula da Silva para llevar a cabo la diligencia.

El crimen de Nancy Mestre, en Barranquilla

El primero de enero de 1994, la joven fue llevada la Clínica del Caribe con un disparo en al cabeza que le propinó Jaime Saade Cormane, según la investigación hecha en su momento por las autoridades colombianas.

Después de permanecer varios días en ese centro asistencial, la joven falleció a causa de la gravedad de la herida que sufrió en el costado derecho de su cabeza. Además de la lesión con el proyectil, a la joven de 18 años le encontraron lesiones en sus partes íntimas y signos de maltrato.

De la muerte de Nancy Mestre, de 18 años para la época, fue culpado Jaime Saade Cormane, quien era su novio en ese momento.

Producto de una minuciosa investigación, la justicia colombiana logró determinar la culpabilidad de Saade Cormane y lo condenó a pagar 26 años de cárcel por ese crimen; sin embargo, la sentencia en su contra se hizo como reo ausente, ya que el asesino huyó sin rumbo conocido, hasta que fue capturado en 2020, en Brasil, por una huella que dejó en un vaso.