Catatumbo al límite: miles viven bajo amenaza de desplazamiento y confinamiento por guerra armada

La región del Catatumbo, ubicada en el nororiente de Colombia, enfrenta una grave crisis humanitaria a raíz del conflicto armado que se ha intensificado desde comienzos de año. Según un comunicado difundido en las últimas horas por el Consejo Noruego para Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés), cerca de 250 personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares y buscar refugio en las ciudades de Cúcuta y Ocaña. Esta nueva ola de desplazamiento ha sido provocada por los combates entre el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y el Frente 33 de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), quienes mantienen una disputa sangrienta por el control territorial y de las economías ilícitas que predominan en la zona.

El NRC advierte que esta situación podría empeorar en los próximos días, ya que aproximadamente 6.000 personas están en riesgo inminente de confinamiento y desplazamiento, principalmente en el corregimiento de Pachelly, en el municipio de Tibú. Las comunidades locales viven en constante temor ante los enfrentamientos entre estos grupos armados organizados. Las secuelas de la violencia son visibles: casi un centenar de personas han perdido la vida y miles de campesinos han debido abandonar sus tierras, sin posibilidad de retorno mientras se mantenga el conflicto.

Giovanni Rizzo, director de país del NRC en Colombia, destacó la urgencia de la situación mediante un comunicado: "Las personas que habitan en la región del Catatumbo tienen miedo de los combates entre grupos armados organizados. Cientos se están desplazando para salvar sus vidas y necesitan asistencia humanitaria urgente". De acuerdo con el NRC, el número de personas desplazadas puede incrementarse si no se adoptan medidas para proteger y garantizar la seguridad de la población civil.

El origen de los desplazamientos más recientes se ha registrado en los municipios de Tibú y El Tarra, donde el impacto humanitario es especialmente preocupante debido al creciente riesgo de confinamiento. El Catatumbo, conformado por varios municipios, destaca por su riqueza natural pero también por sus elevados índices de pobreza y bajos niveles de desarrollo, factores que han facilitado durante décadas la influencia de grupos armados ilegales.

De acuerdo con datos compartidos por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Organización de las Naciones Unidas (OCHA), se estima que más de 200.000 personas han sido afectadas por la intensificación del conflicto en lo que va del año. Esto representa a más de la mitad de la población residente en la región, lo que subraya la magnitud de la emergencia.

Frente a este panorama, la ONG ha solicitado al gobierno colombiano que actúe con urgencia para asegurar protección y asistencia humanitaria a las comunidades afectadas. Paralelamente, se exige a los grupos armados respeto hacia la vida y los derechos de la población civil.

En el marco del conflicto armado, el término “confinamiento” hace referencia a la situación en la que comunidades enteras quedan atrapadas en sus lugares de residencia debido a la presencia o el control de actores armados ilegales. Esta condición impide el acceso a servicios básicos como salud, educación o alimentación, y les obliga a vivir bajo amenazas constantes. Es una forma de violencia indirecta que priva a la población civil de su libertad y vulnera múltiples derechos fundamentales.

Esta pregunta es relevante porque el riesgo de confinamiento ha sido señalado como uno de los principales peligros para cerca de 6.000 personas en el Catatumbo, según lo informado por el Consejo Noruego para Refugiados. Comprender este término permite dimensionar las dificultades y la urgencia de la asistencia requerida en la región.