General del Ejército condenado por acoso: Corte Suprema sienta precedente clave en perspectiva de género

La Corte Suprema ratificó la condena al general Aranguren por acoso sexual; se enfatizó perspectiva de género.

La Corte Suprema de Justicia de Colombia confirmó la condena que pesa sobre el general en retiro Yuber Armando Aranguren, quien fue hallado responsable de los delitos de acoso sexual e injuria cometidos contra una subteniente bajo su mando. El caso atrajo la atención por tratarse de un alto oficial del Ejército Nacional, cuya conducta fue evaluada teniendo en cuenta su relación de superioridad jerárquica respecto a la víctima. La Sala de Casación Penal también ajustó la duración de la pena, reduciéndola después de un análisis detallado del proceso, y enfatizó la necesidad de abordar estos hechos desde una perspectiva de género, subrayando la importancia de reconocer la vulnerabilidad especial de las mujeres en espacios institucionales tradicionalmente masculinos.

En la sentencia se indició que Aranguren, quien al momento de los hechos era comandante de la Vigésima Séptima Brigada en Mocoa, presionó y hostigó a su subalterna con el fin de obtener favores sexuales. La decisión inicial de la Sala Especial de Primera Instancia estableció una condena de 40 meses y 12 días de prisión para el exoficial. Sin embargo, este tiempo fue redosificado a 38 meses y 27 días tras la revisión de la Corte Suprema. Como parte de las sanciones, Aranguren quedó inhabilitado para ejercer derechos y funciones públicas durante el mismo periodo y debe pagar una multa equivalente a 849,58 salarios mínimos legales mensuales, de acuerdo con el fallo conocido por El Espectador.

El texto de la sentencia enfatizó que la declaración de la subteniente fue considerada creíble debido a la coherencia, seriedad y las circunstancias en las que se presentó. Además, algunos de los hechos fueron avalados por testigos presenciales y corroboraciones periféricas. El fallo remarcó que no existía justificación alguna para afirmar que la víctima habría presentado una denuncia falsa con otros fines, situación que desmontó los argumentos de la defensa.

La defensa de Aranguren intentó que el proceso fuese anulado en cinco ocasiones, además de proponer una retractación sobre expresiones injuriosas. Sin embargo, la Sala de Casación Penal rechazó estos recursos tras determinar que no existían pruebas suficientes para respaldar las versiones alternativas presentadas por la defensa. El fallo apuntó que no hay razones que permitan afirmar que la subteniente mintió o manipuló la situación en busca de una transferencia a otra ciudad.

La sentencia también dejó claro que los actos y expresiones del general retirado constituyeron delitos, ya que utilizó su posición de mando y el poder inherente a su cargo para hostigar sexualmente a la subteniente de manera persistente y no consentida. Los jueces destacaron la gravedad de que uno de los más altos rangos militares del país haya usado la estructura jerárquica de la institución para perseguir fines personales contrarios a la dignidad de su subalterna.

En suma, este caso representa un precedente relevante sobre cómo actuar judicialmente cuando hay desigualdad de poder y se transgreden límites legales y éticos en contextos institucionales. La decisión, además de ajustarse a los hechos probados, pone de relieve la necesidad de fortalecer políticas de equidad y protección al interior de las fuerzas armadas y otros espacios laborales jerarquizados.

¿Por qué es relevante aplicar la perspectiva de género en casos de acoso sexual?

La perspectiva de género en contextos judiciales, como el analizado por la Corte Suprema en este caso, resulta esencial para entender las dinámicas de poder y las situaciones de vulnerabilidad a las que pueden estar expuestas las mujeres, en particular cuando hay una relación de jerarquía institucional. Analizar las pruebas y los testimonios bajo este enfoque permite garantizar que la igualdad de derechos y la protección contra la violencia o el abuso sean realmente efectivos, reconociendo la existencia y las consecuencias de la violencia de género.

La insistencia de la Corte Suprema en este aspecto tiene la función de sentar precedentes que sirvan para prevenir la repetición de hechos similares y para sensibilizar a autoridades y ciudadanía sobre la importancia de valorar no solo los hechos, sino también el contexto en el que se producen. Así, el sistema judicial puede contribuir de manera significativa a combatir el acoso y la discriminación en todos los ámbitos sociales.

* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.