Prófugo en fiesta diplomática: escándalo por aparición de exjefe de inteligencia en embajada colombiana

La reciente aparición pública de Carlos Ramón González, antiguo director de la Dirección Nacional de Inteligencia y actualmente prófugo de la justicia por su presunta implicación en el saqueo de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), ha desencadenado una cascada de reacciones en el ámbito político y diplomático colombiano. González, requerido por las autoridades, fue visto en una celebración llevada a cabo en Managua, Nicaragua, lo que rápidamente encendió las alarmas tanto en la Cancillería como en la Procuraduría General de la Nación.

Con la presión creciente por esclarecer las circunstancias de su presencia en este evento, el Ministerio de Relaciones Exteriores, encabezado por Rosa Villavicencio, emitió un comunicado en el que anunció la apertura de una investigación disciplinaria. La indagación busca determinar la posible responsabilidad del Encargado de Negocios ad interim y de otros funcionarios de la Embajada de Colombia en Nicaragua, en especial de Óscar Iván Muñoz, actual embajador encargado, sobre quien recaen sospechas debido a los presuntos trámites realizados en favor de González para conseguir asilo en el territorio nicaragüense. Según el comunicado, la Oficina de Control Disciplinario Interno se encargará del caso, mostrando así la voluntad del Ministerio de colaborar plenamente con la Procuraduría, a la cual ha manifestado disposición de entregar toda la información y los elementos probatorios en su poder.

El episodio se agravó tras la difusión de un video, revelado por W Radio, donde se observa a González participando en una “actividad cultural” organizada el 11 de diciembre. La Cancillería sostiene que dicho evento fue promovido por la misma cartera, aunque sin emitir invitaciones personales, desligándose así de cualquier responsabilidad sobre la asistencia de González. Del mismo modo, insiste en que la embajada solamente difundió información del evento entre la comunidad diplomática y colombiana, y no tenía la capacidad para restringir la entrada a ningún ciudadano, dado que el acto era de carácter público.

Sin embargo, la Procuraduría General, representada por Gregorio Eljach, considera que la situación podría constituir una falta disciplinaria, dado que la embajada es una extensión del territorio nacional colombiano en el extranjero y, ante la presencia de un prófugo, habría correspondido alertar a la Interpol para proceder con la captura. Las autoridades buscan esclarecer quiénes estuvieron presentes, quién organizó la actividad y si hubo instrucciones específicas que permitan determinar la existencia de alguna conducta indebida por parte de los funcionarios.

Mientras tanto, el Ministerio Público ha solicitado información detallada a la Cancillería y no descarta suspender provisionalmente a servidores implicados si se identifican causales suficientes. Por su parte, la Cancillería ha reiterado su disposición a facilitar las investigaciones, en un ambiente marcado por la exigencia de transparencia y el respeto a las competencias institucionales.

¿Por qué las embajadas son consideradas extensiones del territorio nacional? La relevancia de esta pregunta radica en que, según lo expresado por la Procuraduría General, las embajadas funcionan bajo el mismo principio de soberanía que el territorio nacional, lo que significa que en situaciones legales o disciplinarias los funcionarios están sujetos a las mismas reglas que aplicarían en Colombia. Esta condición ha sido central para fundamentar la responsabilidad de los diplomáticos en el caso de Carlos Ramón González. El estatus de las embajadas refuerza la importancia del cumplimiento de deberes legales y disciplinarios, especialmente en eventos con relevancia judicial o política, como el ocurrido en Managua.