‘La quiero a morir’ era la canción favorita de chilena, cruel paradoja que confesó familia

A la sargento Ilse Amory Ojeda le gustaba mucho escuchar esa composición de Francis Cabrel, cantautor francés, según contó su hermana en una entrevista.

Alejandra Ojeda conversó con Semana y le reveló que incluso esa melodía se escuchó el día de su velorio en la capilla Nuestra Señora del Carmen, en Santiago de Chile, el pasado 5 de mayo.

En la ceremonia estuvieron presentes sus dos hijos —Mario, de 33 años, y Jonathan, de 30—, hermanos, nietos, familiares, amigos de infancia y excompañeros de trabajo, cuenta la revista, y recuerda que también se vivieron unas honras fúnebres de parte del cuerpo de Carabineros al que perteneció durante 25 años, en el Cementerio Metropolitano de la capital chilena.

El sepelio fue la primera vez que se conoció la reacción de la madre de la sargento, según el medio, que no detalla su nombre. La mujer dice que nunca quiso conocer a Juan Valderrama mientras vivía en Chile con su hija porque no estaba de acuerdo con esa relación.

Solo vio su rostro hasta el día que mostraron su captura por televisión, y confeso:

“Lo vi perverso en la tele. Me cuesta pensar que es mi historia, que es mi hija”.

Además, dijo que siempre consideró que lo que sentía Valderrama por Ojeda “no era amor” sino el deseo de aprovecharse y solo logró que su hija se ilusionara “como una niña”.

Sobre el principal sospechoso de la muerte de la chilena, la madre dijo que no lo ve como un ser humano, “es un engendro de Satanás”, enfatizó.

Semana también recoge algunos comentarios de quienes conocieron a la víctima y de cómo la recuerdan y, precisamente, sus amigos de infancia destacan que ella “quería a morir”, como la letra de la canción, y que quizá eso la llevó a dejar su vida en Chile atrás para viajar a Colombia creyendo en el amor.

Su hermana, por su parte, continúa la revista, la describió así:

“[Una mujer] alegre, atenta, servicial, agradecida, buena para la talla (chiste), desapegada totalmente a lo material. Bondadosa, capaz de compartir e integrarse con cualquier tipo de personas, sin discriminar. Podía sostener la conversación con un general de la misma manera que podía sostenerla con un indigente; así como era amante de los animales”.

El proceso que investiga su muerte continúa avanzando mientras Valderrama está recluido en prisión. El próximo 13 de septiembre se le hará la audiencia de acusación.