El lugar para comer el pastel de pollo más grande de Bogotá; dicen que no cabe en la boca

Bogotá es un verdadero mundo de sorpresas gastronómicas, que sus habitantes y turistas desconocen, pero gracias a las redes sociales se van dando a notar. Ese es el caso del pastel de pollo más grande que hay en la ciudad y es un imperdible para los amantes de esta preparación tradicional colombiana.

De hecho, la capital colombiana tiene uno de los asaderos más antiguos, lo que demuestra la diversidad de platos, establecimientos y recetas que tienen a disposición todos los comensales, lo que respalda la teoría de que es un territorio pluricultural y que se adapta a los distintos paladares.

Los pasteles de pollo más grandes están en la calle 142, #13-17 (barrio Cedritos), según muestra @latragona___ en Instagram. Allí, hay embutidos que tienen casi un metro de longitud, con 4 sabores combinados y valen 32.000 pesos. Ha tomado tanta fama, que son decenas de personas las que llegan a comerlos.

 

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¿Qué Transmilenio sirve para ir a Cedritos?

Hay varias opciones de Transmilenio para llegar a ese destino. La estación de Transmilenio más cercana es la de la calle 142, en la Autopista Norte. Desde allí, puede tomar rutas alimentadoras como la 19-6 o la 2-2, que lo dejarán cerca de diferentes puntos de ese sector capitalino.

(Vea también: El asadero de pollos más antiguo de Bogotá es de origen español y dan buenas presas)

Además, hay posibilidad de utilizar otras estaciones como la de la calle 146 o la de la calle 153 y combinar con rutas de buses urbanos que lo lleven a ese barrio. También es viable usar la aplicación especializada de Moovit para encontrar la mejor ruta de servicio público y bus urbano.

¿Dónde se creó el pastel de pollo?

El pastel de pollo, con sus raíces en la antigua Grecia y su desarrollo en la cocina inglesa, es un plato que ha conquistado el mundo, según menciona el portal web ABC Color. Desde sus inicios como una sencilla preparación con carne y masa, ha evolucionado hasta convertirse en una receta versátil y adaptable a diferentes culturas y gustos.

Su popularidad se debe en parte a su practicidad, ya que puede prepararse en grandes cantidades y es fácil de transportar, lo que lo convierte en una opción ideal para celebraciones, comidas familiares y como provisión para largos viajes.