Qué sucedió con indignantes refrigerios virales en Bogotá: Secretaría de Educación respondió

Bogotá
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Estudiantes de colegios públicos aseguraron en redes sociales que habían sido víctimas de discriminación durante un evento que los reunió con colegios privados.

Lo que debía ser una jornada académica de integración terminó convertido en un debate nacional. Las redes sociales estallaron con videos y fotografías de estudiantes de colegios públicos de Bogotá que denunciaron un presunto caso de discriminación durante el evento ‘Simonu Bogotá’, un proyecto que desde hace 13 años reúne a jóvenes de instituciones públicas y privadas de la capital para participar en debates y actividades pedagógicas.

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La controversia se desató por la entrega de los refrigerios. Según los estudiantes, mientras a los colegios públicos les repartieron la ración habitual del Programa de Alimentación Escolar (PAE), a los jóvenes de colegios privados los llamaron aparte para entregarles productos de un operador distinto, cuya presentación y empaque resaltaban notoriamente frente a los refrigerios oficiales.

“Nos encontrábamos 200 colegios públicos y privados. A la hora del refrigerio evidenciamos una desigualdad en los alimentos: llamaban a los colegios privados a un lugar distinto para que pudieran recibir sus alimentos de una manera digna, mientras los de colegios públicos tenían almacenados sus alimentos en bolsas de basura. Además, había una gran diferencia nutricional”, relató una de las estudiantes que denunció la situación.

La situación escaló rápidamente. Concejales y dirigentes políticos cuestionaron lo ocurrido y exigieron explicaciones. El concejal Julián Sastoque señaló que podría tratarse de un caso de segregación y aseguró haber hablado directamente con el alcalde de Bogotá:

“Yo recibí información directa de que esta fue una decisión del subsecretario de Educación, Diego Escallón, porque la disponibilidad presupuestal no era muy alta. El tarifario que maneja la Secretaría de Educación tiene precios muy elevados y eso no permitía darles un almuerzo digno a los estudiantes. Por eso también le hemos pedido a la Contraloría que investigue”, afirmó a Caracol Radio.

Incluso el Ministerio de Educación se pronunció, pidiendo claridad frente a lo ocurrido: “Esta situación, de confirmarse, vulnera el principio de igualdad que debe regir en todo espacio educativo y contradice el sentido de convivencia y participación. La educación no puede reproducir lógicas de exclusión ni enviar mensajes de clasismo a los estudiantes, señaló la entidad en un comunicado.

El ministerio pidió a la alcaldía responder varias preguntas, entre esas: “¿Cuál fue el procedimiento establecido para la entrega de los alimentos en el marco del evento Simonu?, ¿Qué entidad u operador estuvo a cargo de la preparación, transporte y distribución de la alimentación para los estudiantes? Y ¿Cuál es la razón de la diferenciación de la alimentación para instituciones educativas oficiales y privadas?”.

El Gobierno advirtió que realizará seguimiento a las respuestas que entregue la Secretaría de Educación Distrital y, de ser necesario, adoptará las medidas correspondientes en el marco de sus competencias de inspección y vigilancia.

De otra parte, y según las denuncias, lo que más indignó a los jóvenes fue que, al notar la diferencia en los refrigerios, realizaron una protesta pacífica exigiendo igualdad de trato. Sin embargo, la respuesta inicial de la Secretaría de Educación Distrital fue catalogar la manifestación como sabotaje” e “instrumentalización”, lo que generó aún más críticas.

Frente al crecimiento de la polémica, la Secretaría terminó reconociendo que sí hubo diferencias en la entrega, aunque las atribuyó a un error logístico.

En primer lugar, explicaron que a los colegios públicos de Bogotá se les entrega diariamente el refrigerio del Programa de Alimentación Escolar (PAE), ya que así lo establece la ley. Este beneficio no puede ser extendido a estudiantes de instituciones privadas.

Ante esa limitación, la entidad contrató un operador adicional para atender a los colegios privados participantes en el evento. Esa contratación, sin embargo, derivó en una diferencia en la presentación de los alimentos: “Como los alimentos fueron entregados por dos operadores distintos, sí hubo algunas diferencias en la presentación de uno de los seis refrigerios”, dijo el subsecretario de Educación de Bogotá.

El funcionario aclaró que no se trató de variaciones en la calidad o la cantidad de los productos, sino únicamente en la forma de empaque: “Unos fueron empacados en cajas y otros en bolsas individuales”.

Finalmente, insistió en que nunca fue su intención generar diferencias entre estudiantes de colegios públicos y privados. “Corregimos el error y pedimos disculpas para que esto no vuelva a repetirse”, señaló.

Por ahora, la Contraloría deberá determinar si hubo irregularidades administrativas y la Secretaría de Educación prometió que, en futuras ediciones de ‘Simonu Bogotá’, no se repetirán diferencias en la alimentación de los participantes.

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