Paro armado del Eln: autoridades del Cesar redoblan la seguridad y llaman a no ceder al miedo

Las autoridades del departamento del Cesar han tomado una posición clara frente al reciente paro armado anunciado por el Ejército de Liberación Nacional (Eln), el cual dio inicio el domingo 14 de diciembre. A través de un comunicado oficial, Eduardo Esquivel López, secretario de Gobierno del Cesar, manifestó un rechazo tajante a las acciones calificadas como terroristas, asegurando que desde ese despacho se están coordinando todas las acciones posibles para proteger a la ciudadanía. Esquivel López destacó que la prioridad institucional es la defensa de la integridad de los habitantes del departamento, reiterando que estas determinaciones buscan mantener la estabilidad y seguridad en los veinticinco municipios que conforman la región.

El contexto de este paro armado es crítico: fue convocado por la Dirección Nacional del Eln y recibió respaldo del Frente de Guerra Urbano Nacional de esa guerrilla. La estructura insurgente lanzó amenazas directas contra ciudades clave del país, entre ellas Cúcuta, Barrancabermeja, Medellín, Bogotá, Cali y Popayán, lo que incrementó la preocupación entre autoridades y ciudadanos. El carácter intimidatorio de estas amenazas y el despliegue de acciones violentas subrayan la complejidad del panorama de seguridad que enfrenta la nación durante el paro, cuya duración se ha fijado en 72 horas.

Las fuerzas armadas y policiales han respondido con la activación de un plan de choque diseñado para impedir la concreción de los hechos violentos promovidos por el Eln. En palabras del brigadier general Jorge Hernández, comandante de la Décima Brigada, Ejército, Policía Nacional, la Gobernación y el Comando de Combate Aéreo Número Tres, están coordinando patrullajes en los corredores de movilidad y ejecutando procedimientos específicos para proteger a la población civil de ataques y atentados. Las medidas adoptadas buscan neutralizar, bloquear y mitigar la intensidad de las amenazas terroristas.

El presidente Gustavo Petro reaccionó al anuncio y las acciones del grupo alzado en armas a través de sus redes sociales, instruyendo a la Fuerza Pública colombiana a enfrentar al Eln y defender el bienestar del pueblo ante cualquier amenaza externa. Petro resaltó que estas intimidaciones no deben paralizar a la ciudadanía y exhortó a la población a continuar con sus actividades navideñas, señalando que el miedo no debe prevalecer como respuesta ante el accionar de actores violentos.

Hasta el momento, los hechos dejan un saldo trágico: un civil perdió la vida en Norte de Santander tras un atentado, y se han encontrado varios artefactos explosivos en departamentos como Cauca y Antioquia. Las autoridades continúan atentas y movilizadas frente a los riesgos que siguen latentes durante este paro armado, en un esfuerzo conjunto por garantizar la defensa de los derechos fundamentales y la seguridad de la población.

¿Qué implica un paro armado para las comunidades afectadas?

En el contexto colombiano, un paro armado declarado por grupos insurgentes como el Eln representa una amenaza directa a la vida cotidiana de miles de ciudadanos. Durante la duración de estos paros, la movilización por carreteras puede verse restringida, los negocios suelen cerrar por temor a represalias y el miedo afecta la celebración de eventos sociales o culturales. Las autoridades deben activar todos sus recursos para garantizar la seguridad y minimizar el impacto social y económico que estos hechos generan en las regiones afectadas.

La declaratoria de un paro armado no solo tiene consecuencias inmediatas en términos de seguridad, sino que también envía un mensaje de presión política y social. Para los habitantes de zonas afectadas, la incertidumbre y el temor se convierten en aspectos centrales de la vida durante esos días, lo que demanda respuestas integrales de parte del Estado y de las fuerzas del orden, en alineación con la protección de los derechos humanos y la restauración del orden público.