40 años de la toma del Palacio de Justicia: una herida abierta que sigue dividiendo a Colombia
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Hoy se cumplen cuatro décadas de uno de los capítulos más dolorosos en la historia colombiana: la toma del Palacio de Justicia por el M-19, entre el 6 y 7 de noviembre de 1985.
Fredy Moreno, editor jefe de Pulzo.com, relató cómo uno de esos hechos de la historia colombiana de los que todavía se desconoce la verdad absoluta, el cual estuvo marcado por 28 horas de terror que aún le duelen al país.
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Lo que inició como un juicio político simbólico al presidente Belisario Betancur terminó en una masacre que dejó cerca de 100 muertos, 11 desaparecidos y un incendio que devoró evidencias irremplazables.
El comando guerrillero, compuesto por unos 35 integrantes del M-19, irrumpió en el edificio del centro de Bogotá, sede de la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado. Su meta: someter a Betancur a un “juicio popular” por incumplir acuerdos de paz previos. Armados y decididos, tomaron rehenes entre magistrados, empleados y visitantes, exigiendo la presencia del mandatario.
La respuesta del Estado fue inmediata y contundente. La retoma militar involucró tanques, helicópteros y un operativo que duró 28 horas. El fuego cruzado fue implacable: balas perforaron pasillos, y un incendio –cuyo origen aún se debate– consumió archivos vitales de la justicia colombiana. Imágenes de tanques disparando contra el palacio, transmitidas en vivo, impactaron al mundo y marcaron la era de la violencia urbana en el conflicto armado.
El saldo fue devastador: cerca de 100 vidas perdidas, incluyendo 11 magistrados de la Corte Suprema, como Alfonso Reyes Echandía, presidente del tribunal, quien en una llamada radial suplicó un cese al fuego. Guerrilleros, soldados, civiles y empleados judiciales perecieron en el caos. Al menos 11 personas desaparecieron forzadamente, un crimen por el que Colombia fue condenada en 2014 por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que ordenó reparaciones y investigaciones exhaustivas.
El presidente Gustavo, exmiembro del M-19, ha romantizado la toma. Incluso ha planteado sus posiciones en el libro ‘Prohibido olvidar: dos miradas sobre la toma del Palacio de Justicia’ publicado en 2006. Allí destaca la operación desde el punto de vista militar y político. El debate actual se centra en las declaraciones hechas por Petro ya como mandatario.
Eventos como vigilias, foros y exposiciones en el Museo Nacional marcan este aniversario. Los debates por este episodio persisten: ¿fue la retoma proporcional? ¿Hubo infiltración de inteligencia? La destrucción de expedientes sobre extradición y narcotráfico alimentó teorías de conspiración.