Madre de colombiano desaparecido en Miami lo busca con ayuda de voluntarios, sin éxito

Beatriz Sierra, de Zona 33, una fundación de colombianos residentes en el exterior, dijo que este sábado la búsqueda se iba a realizar en carro por la zona de Bayside, en el centro de Miami, Estados Unidos.

Las dos noches anteriores la madre del joven, Alejandra Córdoba, llegada desde Colombia esta misma semana, y unos 40 voluntarios recorrieron las zonas de la ciudad donde se concentran personas desamparadas para dormir.

Según Sierra, están recibiendo muchas llamadas de personas que dicen haber visto al joven en lugares distintos, algunos incluso a ocho horas de distancia de Miami, pero no tienen todavía pistas sólidas.

Miguel Ángel Roldán, que padece un tipo de depresión, llegó a Miami en un vuelo desde Los Ángeles el 24 de junio, para abordar aquí otro vuelo a Medellín (Colombia), su ciudad natal, pero no llegó a viajar.

Su rastro se perdió en el aeropuerto de Miami, del que salió sobre las 5 de la tarde y no volvió para abordar, según demostraron unas grabaciones de las cámaras de seguridad.

La madre afirmó a la prensa el viernes por la noche cuando acompañada de voluntarios repartía volantes con fotografías de su hijo y teléfonos de contacto, que cree que la desaparición de su hijo se debe a que sufrió una crisis de su enfermedad, y pidió ayuda a la comunidad para encontrarlo.

La policía está investigando la desaparición del joven, denunciada por Zona 33 en representación de la familia.

Zona 33 pudo averiguar hace días que en la morgue y en 29 hospitales de la zona de Miami no había nadie con las características de Miguel Ángel Roldán Córdoba, quien, antes de su desaparición, estuvo pasando una temporada en Los Ángeles con una amiga de la infancia.

Según Beatriz Sierra, también saben que el joven no ha salido de Estados Unidos por información suministrada por las autoridades migratorias a la Policía.

Según Zona 33, Miguel Ángel Roldán no tenía consigo cuando desapareció más que su pasaporte colombiano, su pasaje de avión y 40 dólares, pues en Los Ángeles perdió el morral con sus otras pertenencias, incluido el teléfono celular.