Cirujano estético es condenado por muerte y desaparición de una paciente: caso aterroriza

Un juez en Guatemala ha emitido un veredicto de culpabilidad contra el cirujano estético Kevin Malouf en el sonado caso de la paciente hondureña Floridalma Roque.

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Malouf fue declarado responsable de homicidio culposo, derivado del fallecimiento de Roque durante una intervención quirúrgica en junio de 2023, y de la subsecuente desaparición y ocultamiento de su cuerpo. A pesar de la condena, la sentencia impuesta al facultativo le permitirá eludir la cárcel.

El magistrado Pedro Laynez impuso a Malouf una condena de cinco años de reclusión. No obstante, al haber aceptado los cargos imputados, esta pena se vio reducida a tres años y cuatro meses, y fue considerada conmutable mediante el pago de una suma equivalente a 1.300 dólares en concepto de fianza.

Esta determinación judicial provocó un considerable debate, dado que la Fiscalía inicialmente había imputado el delito de homicidio, que acarrea condenas significativamente mayores (entre 15 y 40 años).

La trágica odisea de Floridalma Roque, de 59 años, comenzó cuando viajó a Guatemala buscando una cirugía estética. Tras la operación en la clínica capitalina de Malouf, sus familiares reportaron su desaparición. Las pesquisas revelaron que la paciente no recibió la atención necesaria ante complicaciones médicas, falleciendo por una presunta negligencia del cirujano, quien supuestamente carecía del equipo y los fármacos adecuados para emergencias.

Lo que siguió a su deceso añadió un matiz de horror al caso. Malouf habría orquestado una elaborada farsa para ocultar el cuerpo. Se ordenó al personal simular, ante las cámaras de seguridad, que una persona de apariencia similar a Roque abandonaba el centro médico, vestida con su ropa, para abordar un taxi. Posteriormente, el propio cirujano fue captado disponiendo de un contenedor de basura, en el cual, según las investigaciones, se encontraba el cadáver de la víctima.

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Un enfermero clave en el proceso, Luis Castro, testificó que la intención era “esconder el crimen”, revelando incluso un macabro plan para desmembrar el cuerpo y sugiriendo que Roque no era la primera víctima del médico.

En este mismo proceso, dos de las asistentes del médico, Susana Rojas y Lydia Moreira, recibieron condenas de tres años de prisión, igualmente conmutables, por su participación en los hechos.