Detalle en autopsia de Andrea Bejarano, colombiana asesinada en España por su ex (militar)

En España avanza la investigación del asesinato de Andrea Bejarano, una mujer colombiana de 34 años, oriunda de Cali, cuyo cuerpo fue hallado sin vida el miércoles de esta semana luego de ser reportada como desaparecida el domingo pasado.

El confeso responsable del crimen es Jaime Alberto Nebreda Vélez, de 42 años, con quien tuvo un hijo fruto de una relación que, para el momento del crimen, ya había concluido.

En las últimas horas, Nebreda Vélez fue trasladado a un juzgado para rendir su declaración ante la titular de Violencia contra la Mujer. Allí ratificó, casi en su totalidad, el testimonio que le dio a la Policía sobre el crimen: que ese domingo asesinó a Andrea y, posteriormente, llevó el cuerpo hasta un paraje de Salinillas de Bureba para ocultarlo.

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Previo a esa diligencia, la autopsia preliminar reveló que Andrea perdió la vida por estrangulamiento. Aún no se determina si Nebreda Vélez usó un objeto para cometer el crimen. Él señaló en algún momento que lo hizo con una prenda de vestir.

Por lo pronto, y tras su declaración ante el juzgado, el hombre, también colombiano y mecánico militar en la base de Castrillo del Val, fue enviado a prisión, sin derecho a fianza. De igual forma, la magistrada a cargo del caso ordenó la suspensión de la patria potestad y la custodia de su hijo de 8 años de edad, fruto de su relación con Andrea. Nebreda Vélez tampoco no se podrá comunicar con el menor mientras avanza el proceso, y para ello se decidió una orden de alejamiento.

El mecánico es investigado por el delito de homicidio. En España, cabe anotar, la violencia de género se considera un delito, pero no se tipifica penalmente el feminicidio. Se espera que en los próximos días se determina una pena, que en España, por el delito de homicidio, podría ser de al menos 10 a 15 años de prisión, según el artículo 138 del Código Penal, sin contar otros factores que se pueden tener en cuenta en el caso para elevar la sentencia.

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Jaime reportó en la Comisaría la desaparición de Andrea apenas el lunes 17 de marzo en la noche, pese a que en su testimonio aseguró en un primer momento que la última vez que la había visto fue el domingo anterior en la tarde. Ese detalle, sumado a lo numerosos cambios en su versión durante horas de interrogatorios, llevó a las autoridades a posar las sospechas sobre él. Finalmente, el mecánico militar confesó haber asesinado a Andrea.

Nebreda Vélez le contó a la Policía que Andrea llegó de trabajar el domingo en la mañana y se reunió con él y con su hijo en el apartamento que compartían en la carretera de Poza. Los tres, más tarde, se trasladaron en carro hasta una iglesia para dejar al niño en una actividad y los padres regresaron hacia su casa. En ese trayecto hubo una discusión, que continuaron en su vivienda. Vélez aseguró que, en medio de la discusión, asesinó a la mujer.

Luego de su confesión, el mecánico militar se dirigió con oficiales al punto donde aseguró haber ocultado el cuerpo. En efecto, las autoridades encontraron allí a Andrea. El cuerpo estaba semienterrado bajo una encina y cubierto con ramas.

Andrea trabajaba como técnico auxiliar de de Laboratorio en el Servicio de Microbiología y Parasitología Hospital Universitario de Burgos (HUBU), un cargo que, según cercanos, “le había costado mucho esfuerzo conseguir”. Ese fue un factor clave para desestimar la versión inicial del confeso asesino, quien sugirió en un primero momento que se trataba de una ausencia voluntaria.

En España, al menos 1.292 mujeres han sido asesinadas por violencia machista desde 2003 a la fecha, según cifras que recogen las autoridades locales.