Carro bomba estalló cerca de Alejandra Giraldo y tiene secuelas: casi muere hace 23 años

La reconocida presentadora de Noticias Caracol, Alejandra Giraldo, compartió recientemente los impactantes detalles del atentado con carro bomba del que fue víctima en Medellín en 2001.

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En esa tragedia, ocurrida el 17 de mayo, murieron ocho personas y cientos más resultaron heridas, incluida la periodista. Durante una entrevista en el programa ‘The Suso’s Show’, de Caracol Televisión, Giraldo relató cómo vivió aquel fatídico día que casi le cuesta la vida. Según contó, todo sucedió cuando se encontraba con una amiga en las afueras de un restaurante.

“Recuerdo que mi amigo parqueó el carro y llamé a mi amiga. Ella salió y estuvimos recostados en ese carro bomba hablando. Luego entramos al restaurante, nos sentamos, me presentó a sus amigos y le dije: ‘Vamos al baño’. Volteé y le dije: ‘Marce, vamos’, y justo cuando me estiró la mano… ¡boom!”, relató la periodista a ‘La red’

El estallido fue devastador. La presentadora quedó aturdida y, en medio del caos, pudo ver el impacto que la explosión había tenido en las personas a su alrededor. “Mi amiga tenía la mano en la cara y me preguntó: ‘¿Qué tengo?’. Y ahí vi… tenía el ojo afectado”, recordó con angustia. Las heridas que sufrió Giraldo fueron graves. Las esquirlas se las extrajeron una por una con una pinza, y el impacto de la explosión le dejó secuelas físicas

“Perdí la visión media, se me desencajó la mandíbula, pero estaba completa, estaba viva”, contó la presentadora a ‘Susos’, destacando la magnitud del evento del que logró sobrevivir.

“Yo quedé con esquirlas por todas las piernas. Las cicatrices se ven, y cuando me estoy bronsenado se ven muchísimo. Las personas con las que estuve tuvieron graves secuelas”, contó Giraldo.

A pesar de las cicatrices físicas y emocionales, la periodista ha continuado con su carrera en los medios de comunicación, consolidándose como una de las caras más reconocidas del periodismo en el país. Su historia es un ejemplo de fortaleza y esperanza, demostrando que, incluso en los momentos más oscuros, la vida siempre encuentra la manera de seguir adelante.