Alertan a Falabella, Bancolombia y Colpatria por lo que pasa con sus tarjetas de crédito

La Superfinanciera informó que entre el primer trimestre de 2023 y ese mismo periodo, pero de 2024, hay 1,4 millones de tarjetas de crédito menos en Colombia, lo que significa una contracción del 8,9 % y un alarmante retroceso en materia de bancarización.

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En diciembre de 2022 circulaban 16 millones de plásticos. En 2023 eran 14,9 millones y al cierre de marzo de 2024 la cifra cayó a 14,3 millones de tarjetas en el mercado colombiano, detalló Semana.

Esa masiva cancelación de tarjetas de crédito, un golpazo para los bancos, es una radiografía de la situación financiera de muchos colombianos que han visto frenado su poder adquisitivo por la inflación y las elevadas tasas de interés.

Según la Superfinanciera, en los tres primeros meses de 2024, los colombianos hicieron compras por 6,4 billones de pesos, 146.000 millones de pesos menos de los que gastaron un año atrás.

Por fortuna, la tasa de usura (lo máximo que un banco puede cobrar por compras con tarjeta de crédito) cayó en junio y tocó bajos niveles no vistos desde 2022. Pasó del 31,53 % al 30,84 %. Sin embargo, el panorama para varios bancos es alarmante.

La Superfinanciera detalló en su informe que Tuya —la emisora de las tarjetas del Éxito—, tiene medio millón de tarjetas de crédito activas menos en 2024 en comparación con el año pasado. Es la entidad más afectada por la cancelación de plásticos.

Banco Falabella también ha salido golpeado por esta situación. Presentó una caída de 326.731 tarjetas de crédito. 

Asimismo, Bancolombia ahora tiene 204.719 tarjetas menos. Por su parte, Scotiabank Colpatria perdió 166.868 plásticos, indicó la Superfinanciera.

Miles de clientes también han empezado a entregar las tarjetas de ciertos bancos por el valor de la cuota de manejo, pues en algunos casos ese dinero les sirve para invertirlo en otros rubros como transporte o alimentación.

Los bancos no han sido ajenos a la menor dinámica de la economía, lo que se ha reflejado en una menor demanda de crédito, aumento en la morosidad y menores márgenes.