Esa noche, en el refugio, Guido acomodó unas cobijas y se acostó con el perro y comenzó a decirle que él “era amado” y que “no estaba solo”. La mujer lloró largo rato hasta que se quedó dormida, sin dejar de abrazar a Watson, reporta The Dodo.

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Al día siguiente, informa el medio, el perro amaneció más débil que el día anterior. Luego, se puso en pie y comenzó a dar vueltas en el mismo sitio, para finalmente acostarse y morir, en brazos de su protectora durante las últimas 24 horas.

La breve historia de las últimas horas de Watson caló entre los usuarios de redes sociales como Instagram, donde Guido publicó algunas fotografías del animal, así como de ella mientras lo cuidó.

Perro moribundo
La mujer se acostó y se levantó con lágrimas en los ojos, conmovida por Watson. / Instagram