La promesa de la compañía es que su terminal era capaz de resistir 1.5 metros de profundidad por lapsos de hasta 30 minutos. Sin embargo, lo prometido no resultó verdad y ahora Samsung está en ‘el ojo del huracán’.

La prueba la llevó a cabo la gente de Consumer Report, que, sin pretensión alguna, se puso en la tarea de evaluar si la muy sonada característica del dispositivo era una realidad. Al someter el dispositivo al agua, solo bajó unos pocos centímetros y se comenzó a alterar; incluso, pasados los 30 minutos, la pantalla quedó descompuesta completamente.

En un segundo intento, tomaron otro Galaxy S7 Active y la pantalla quedó inservible al igual que el experimento antecesor.

Esta es la prueba que ahora le da la vuelta al mundo.

Cabe recordar que este terminal de Samsung se está distribuyendo de forma exclusiva en Estados Unidos, pero el objetivo de la compañía era expandirse a otros mercados. Sin embargo, el tema quedará en veremos, y más después de este paso en falso.

Según Consumerist, el gigante de Corea del Sur ya está al tanto del asunto y ahora procederá a tomar a encontrar el desperfecto y tomar las medidas necesarias. Es decir, habrá un capítulo más en esta historia.

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