“Androidol U” (del inglés ‘idol’: ídolo), que fue presentada este miércoles en Tokio, mide 1,60 metros, pesa aproximadamente lo que un humano, y responde de forma autónoma a los interlocutores que se comunican con ella a través del portal de videos Niconico.

Durante la presentación, la androide apareció en el escenario de un programa de televisión online en directo en Japón, sentada en una ‘silla bola’ y leyó algunos comentarios de sus interlocutores, como uno que le decía que estaba muy guapa, a lo que ella contestó con voz mecánica: “¡Me da mucha vergüenza!”.

‘U’ tiene la apariencia de una atractiva joven japonesa: lleva media melena y flequillo, viste una blusa blanca, vaqueros y zapatos de tacón. Maquillaje y esmalte de uñas, además de unas largas pestañas que completan el ‘look’ hiperrealista.

En Japón, estos androides son ya protagonistas de escaparates, obras de teatro o películas (como ‘Sayonara’, ‘adiós’, en japonés).

El científico japonés Hiroshi Ishiguro, “padre” de la androide y conocido por haber creado una copia robótica de él mismo, auguró que en los próximos años ofrecerán asistencia en lugares públicos, centros comerciales, estaciones y escuelas, e incluso como profesores.

‘U’ es el primero de estos nuevos robots: la interacción con los usuarios a través de su programa semanal servirá para aumentar su vocabulario y contribuir a una mejora de su inteligencia artificial.

“Tengo 22 años, pero nací con 22 años”, bromeó la androide durante el acto.

“La comunicación (con los usuarios) ayuda a subsanar las limitaciones del androide. Cuantos más datos acumule, más se ayuda a su desarrollo”, señaló Ishiguro, catedrático de la Universidad de Osaka y líder del Laboratorio de Telecomunicaciones Avanzadas que lleva su nombre en Japón.

Esta es una buena forma de sacar al androide fuera del laboratorio y que adquiera nuevos conocimientos a través de la interacción con los seres humanos, explicó.

El proyecto ha sido desarrollado por el propio Ishiguro, en colaboración con la compañía de telecomunicaciones Dwango —dueña de Niconico— y los grandes almacenes Parco.

“Nuestro objetivo es que el androide pueda ayudar finalmente a la comunicación entre personas”, continuó Ishiguro.

El científico señaló, además, que este proyecto es ideal también para saber si un androide puede llegar a ser aceptado como ‘ídolo’: “Es una prueba muy interesante para saber lo que la gente realmente piensa de ella”, añadió.

Por el momento se desconoce la fecha exacta en la que comenzará el programa y “por ahora” los responsables del proyecto descartan también la comercialización de la androide.

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