El problema viene cuando, además de tarados, somos malintencionados, que es lo que pasa con los del Centro Democrático.

Y es grave, porque esa gente nos gobernó durante ocho años, y hoy quiere volverse a montar, por eso sabotea todo. No es porque les interese Colombia, sino porque no son ellos los que están sacándole plata a ese gran negocio que es manejar un país.

Uribe vaya y venga, que es el líder de la manada. Él creó el movimiento de la nada y sus seguidores lo adoran sin reparar en lo que pueda haber hecho para llegar a donde está. De hecho, el primer requisito para seguirlo es no pensar en las cosas que ha dicho y hecho; o más llanamente, no pensar.

Pero repito, Uribe hasta tiene licencia. Lo que ofende es que los que llegaron al Senado en lista cerrada se hayan tomado tal nivel de confianza para lanzar cada frase y cada propuesta como si hubieran votado por ellos y no por el expresidente. Día a día en redes sociales y medios de comunicación hacen alarde de su corto vuelo mental, o en su defecto, de sus carencias para expresarse.

Las declaraciones de Paloma Valencia con respecto a los osos de anteojos es apenas la última de esas salidas en falso. Por un error de redacción insinuó que la especie, que además está en vía de extinción, debía pagar por el ataque a una res, que lejos está de extinguirse. Luego se explicó mejor en un comunicado y aclaró que los ganaderos han matado ya a varios osos de anteojos por atacar a las vacas, así que a la larga lo que quería la senadora esa salvar al oso y no matarlo.

Lo que pasa es que ya ha dicho tantas cosas absurdas, como que el Cauca debe dividirse en dos territorios, uno para los mestizos y otro para los indígenas, o que Uribe es el mejor presidente de la historia de Colombia, que ya uno tiende a desautorizarla y caerle encima.

Pero insisto, no es la única. Ahí está María Fernanda Cabal diciendo que Colombia es un régimen socialista, o mandando a García Márquez al infierno entre un sinfín de perlas que dan para, no una columna, sino un libro.

El mismo José Obdulio Gaviria, el ideólogo de la derecha (como si la derecha pensara), asumió que Óscar Iván Zuluaga  ganaría las elecciones presidenciales de 2014 y afirmó que el juicio al expresidente Santos por abuso de poder debería ser ejemplar. Si Gaviria es el que piensa en ese combo, imagine cómo serán los otros.

¿O qué dicen de Francisco Santos, tuiteando una foto de policías chilenos diciendo que eran colombianos y que iban a apoyar la marcha contra el Gobierno?

En el pasado me metí en problemas por decir que Santos, Francisco, quiero decir, era bobo. ¿Pero qué hago, si así se autorretrata cada vez que puede?

Al revés, era un halago para decir que en el fondo lo que lo mueve no es la maldad sino la candidez. Aunque ahora que lo veo bien, sí es malo, lo que pasa es que la bobera es tan grande que le gana a la perversión. Ni en su propio partido lo respetan.

Redes sociales a un lado, tres senadores del Centro Democrático (Paloma Valencia, Alfredo Rangel y Jaime Amín) hundieron la reelección presidencial al votar en contra de ella, cuando en realidad estaban a favor.

Y ya para cerrar, ni el líder se salva. Alguna vez Uribe tuiteó “Así escriben en el extranjero sobre la claudicación” junto a un titular de periódico que decía, error de ortografía incluido, “Gano el terrorismo en Colombia, Presidente regala patria a las Farc”. La foto era un montaje y es cierto que nadie está obligado a ser experto en photoshop, pero hay que estar muy cegado por el odio y la venganza para no ver que el nombre del periódico estaba escrito en inglés y el titular en español, y que a la noticia la acompañaba la foto de unas montañas nevadas.

Es tan cierto que los extremos se tocan que el único personaje que le falta al Centro Democrático es la figura más destacada de la izquierda en Colombia, Gustavo Petro, que ha cometido más torpezas y actos de mala fe que aquellos a los que en teoría se opone. Son igualitos, son fotocopias y no lo han visto. Deberían juntarse todos e irse a repartir su mala leche a otro lado.

Nota: Las opiniones expresadas solo comprometen a su autor y no pueden considerarse una posición oficial de Pulzo.com.

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