“Regalar flores cuando la contraparte está exigiendo mínimos de respeto y protecciones legales eficaces es una ofensa y no entender la connotación histórica del momento en que vivimos”, asegura el diario.

“Hemos sido aliados de los acosadores”, agrega enfáticamente el escrito, al criticar las “voces que se atreven a ridiculizar las denuncias” en medio de la “abundancia de relatos de mujeres contando cómo sus compañeros de trabajo y sus jefes las hacen sentir incómodas, las persiguen, las traumatizan y les coartan su desarrollo profesional”.

Otra de las conductas que reprocha el diario es la desigualdad. Las mujeres “no sólo entran a espacios laborales hostiles y que no quieren escucharlas exigir sus derechos, sino que además entran a ganar menos dinero”, afirma el diario, por lo que sostiene que “cualquier homenaje que se realice hoy debería ser consciente de lo que está ocurriendo en todas partes. Las empresas deberían rendir cuentas sobre qué están haciendo para purgar el acoso, para asegurar que las mujeres reciban sueldos justos, para filtrar las relaciones tóxicas en el ambiente laboral, para evitar que los servicios que contratan para evaluar médicamente a sus candidatas les hagan pruebas de embarazo a las mujeres que estén aplicando para un puesto”.

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En similar sentido, escribió su columna en El Tiempo María A. García de la Torre, para quien “hoy en día sigue habiendo una brecha salarial vergonzosa entre hombres y mujeres que desempeñan cargos idénticos, todavía existe una tendencia a que la mujer abandone su carrera profesional por la maternidad y aún hoy hay un ambiente de hostilidad y acoso en general ante la lucha feminista”.

Pese a ello, critica García de la Torre, el Día de la Mujer “las oficinas florecen, las calles se contagian del perfume de rosas y margaritas […]. Es costumbre que los colegas de trabajo, los novios, esposos, hermanos feliciten a las féminas por lo que consideran un motivo de celebración cada 8 de marzo. Los hombres llevan a las mujeres a cenar, las tratan ‘como princesas’, y resuena esa frase de que a las mujeres no se las toca ‘ni con el pétalo de una rosa’”.

“Regalarles flores a las mujeres en este día no cambia la deplorable situación de la mujer en un ápice”, agrega la columnista. “Cambiar el comportamiento frente a la lucha feminista, en cambio, sí tendría un efecto positivo y necesario. Son los pequeños detalles, como evaluar el aspecto físico de una mujer, cuestionar su inteligencia, pagarle menos por su trabajo, exigirle más horas laborales, coquetear con ella, abordarla con insistencia en un bar, explicarle conceptos técnicos o teóricos que ella probablemente conoce mejor, callar ante el acoso los que minan y disminuyen las libertades de la mujer”.